Cada 8 de octubre se celebra el Día Mundial de la Dislexia, una fecha dedicada a visibilizar y concienciar sobre esta dificultad del aprendizaje que afecta a millones de personas en todo el mundo. En Zamora, la jornada tiene un significado especial, ya que este año se cumplen diez años de la creación de la Asociación Disfam Zamora, una entidad que desde 2015 trabaja por los derechos, la inclusión y el bienestar de los niños y niñas con dislexia y sus familias.
Hace unos días, Zamora se ha convertido en un referente nacional en inclusión y educación con la inauguración de las III Jornadas de Dislexia, organizadas por DISFAM Zamora en las Salas Polivalentes del Teatro Ramos Carrión. Durante dos días, el encuentro ha reunido a familias, profesionales y expertos para sensibilizar y compartir estrategias de apoyo a las personas con dislexia, consolidando a la ciudad como punto de encuentro y reflexión sobre esta condición.
La presidenta y fundadora de Disfam, Belén López, recordó que la asociación nació “por la necesidad de dar voz y apoyo a los niños y niñas con dislexia y sus familias”. “Son diez años defendiendo los derechos de nuestros niños, una dificultad con la que conviven desde que nacen”, subrayó.
López destacó la importancia de la detección temprana, ya que una identificación adecuada y a tiempo permite desarrollar estrategias educativas personalizadas y evitar el fracaso escolar. Según la responsable de Disfam, entre un 5% y un 10% de la población presenta dislexia, lo que convierte a esta dificultad en una de las más comunes dentro del ámbito educativo.
Durante estos años, Disfam Zamora ha promovido talleres, jornadas de sensibilización, charlas en centros escolares y campañas de visibilización con el objetivo de fomentar una educación inclusiva y una sociedad más empática.
También en este día es importante recordar la “dislexia de colores” o síndrome de Meares-Irlen, una condición asociada que no es un tipo de dislexia en sí misma, pero que puede afectar la percepción visual durante la lectura. “Gracias a filtros de color o superposiciones, muchas personas pueden reducir la fatiga visual, mejorar la claridad del texto y facilitar la concentración, lo que resulta de gran ayuda para quienes padecen dislexia o estrés visual”
Diez años después de su nacimiento, Disfam Zamora continúa creciendo y reafirmando su compromiso con la comunidad educativa y las familias. En palabras de su presidenta, “la dislexia no define a quien la tiene; con comprensión, apoyo y detección temprana, todos los niños y niñas pueden alcanzar su máximo potencial”.