El Colegio Divina Providencia de Zamora se prepara para decir adiós a una de las figuras más queridas de su historia reciente. Este jueves se jubila Yolanda Concejo García, conocida por todos como Yoli, directora del centro y profesora de música, tras una trayectoria profesional marcada por la vocación, la entrega y una profunda manera de entender la educación como acompañamiento y crecimiento personal.
Durante décadas, Yoli ha formado parte de la vida diaria del colegio, combinando la labor de dirección con la docencia y manteniendo siempre una relación cercana con el alumnado, las familias y el profesorado. Su presencia ha sido constante en aulas, pasillos y celebraciones, dejando una huella que va mucho más allá de los contenidos académicos.
La música ha sido uno de los pilares fundamentales de su proyecto educativo. Bajo su impulso, esta disciplina ha trascendido el aula para convertirse en una herramienta de cohesión, sensibilidad y valores. Villancicos cantados por el alumnado en las calles de Zamora, proyectos musicales vinculados a las tradiciones, celebraciones litúrgicas y actividades abiertas a la ciudad han formado parte de una forma de enseñar que entendía la música como lenguaje universal y comunitario.
Fruto de esa pasión nació la red Maestros Unidos por la Música, una iniciativa creada para compartir recursos, experiencias y materiales didácticos entre docentes. Con el paso del tiempo, este proyecto ha crecido hasta convertirse en una amplia comunidad educativa internacional, en la que miles de profesores colaboran y se apoyan en torno a la enseñanza musical.
Pero más allá de los proyectos y reconocimientos, quienes han pasado por el Colegio Divina Providencia coinciden en destacar su calidad humana. Antiguos alumnos recuerdan a Yoli como “la mágica profesora de música” de su infancia, y hoy como “una gran directora, que no podía no serlo”. Todos los que han pasado por el centro saben “lo especial que hacía todo y lo bien que trataba a cada alumno”.
Especial mención merecen los villancicos que cada año llenaban de música y emoción el colegio, una tradición que se ha mantenido durante casi tres décadas. “Gracias por hacer magia cada año con esos villancicos que llevan funcionando años y por convertir la Navidad en una de las épocas más especiales para todos los alumnos”, expresa una antigua alumna que no oculta su admiración: “Gracias por todo, aquí una alumna que te admira y que te ha admirado desde pequeña”.
Con su jubilación, Yoli cierra una etapa vital y profesional, pero deja un legado profundamente arraigado en el Colegio Divina Providencia de Zamora y en todas las personas que han compartido camino con ella.
Un sincero agradecimiento por una vida dedicada a educar, sembrar ilusión y acompañar desde la cercanía, la música y el ejemplo.