El vial asfaltado sin nombre que comunica la calle Antón de Centenera con la calle Burgos, entre el convento de Santa Clara y el talud junto a las vías de ferrocarril, es una vía con un considerable tránsito de vehículos y viandantes que se encuentra en una situación nada acorde con su uso y situación, especialmente por la ausencia total de iluminación.
A finales de 2018 el Ayuntamiento de Zamora asfaltó el firme con motivo de la ampliación de los puestos del mercadillo, pero se trató de una actuación improvisada y chapucera, pues no se pusieron farolas, las aceras brillan por su ausencia, la vía quedó muy estrecha y se instaló un bordillo a unos pocos unos centímetros del vallado del convento de Las Claras que únicamente sirve para acumular suciedad. Además, los aledaños son un vertedero incontrolado de escombros.
Este camino es muy utilizado como zona de aparcamiento y frecuentado por paseantes y también por conductores que pretenden atajar para la comunicación entre los barrios de Vista Alegre y Pantoja, con un tránsito superior desde la apertura de la pasarela peatonal sobre las vías del tren, que se encuentra justo al comienzo de la vía que indicamos.
Un mejor entronque de esta vía con la calle Burgos supondría convertir una zona descuidada y olvidada junto al barrio de Las Viñas, una de las zonas más pobladas de la ciudad, en una calle urbanizada con iluminación y todos los demás servicios urbanísticos. El Ayuntamiento ha anunciado que adquirirá en 2022 unos terrenos aledaños junto a la estación del tren para establecer un parque tecnológico, lo que justifica aún más la necesidad de intervenir en esta zona.
Por otro lado, esta vía carece actualmente de nombre, por lo que podría recibir alguno de los nombres que están propuestos y que siguen sin ser aceptados. Especialmente sería positivo darle a esta vía un nombre femenino, dada la escasez de nombres de mujeres en el callejero de la ciudad.
