Entre enero y septiembre se han producido treinta y tres incidentes en los hospitales y centros sanitarios de Zamora. Más de una treintena de agresiones a profesionales por parte de pacientes, familiares o acompañantes que 'se pasan de la raya'. Eso sí, nueve menos que el pasado año en las mismas fechas. Una ligera reducción de unas cifras que siempre deberían ser cero.
Según el balance de la Sección de Agresiones al personal de centros sanitarios del Observatorio de la Comunidad de Castilla y León refleja que se han producido 540 incidentes, frente a 535 en 2022, lo que supone un leve incremento del 0,9%, mientras que se ha registrado un descenso del 1,8% en el número de trabajadores agredidos, pasando de 614 a 603. Las más afectadas son las mujeres; un 87,9% del total frente al 12,1% de los hombres. Además, se produce un aumento de agresiones a personal facultativo, mientras que las demás categorías han visto descender las cifras, como es el caso de celadores o personal administrativo. En la gran mayoría de ocasiones, el propio paciente es el autor de la agresión; el resto, son cometidas por familiares o acompañantes.
Algunos casos acontecidos en Castilla y León han llegado a los tribunales. Desde 2005, se han dictado 273 sentencias judiciales condenatorias por agresiones y, desde 2010, se han hecho públicas 180 resoluciones sancionadoras tras la apertura de los correspondientes expedientes administrativos sancionadores. En 2023, hasta el 30 de septiembre, se han realizado 43 peticiones de incoación. El Código Penal introduce todos los supuestos de agresión, empleo de violencia o amenazas graves sobre el profesional sanitario, reflejando que se considerarán actos de atentado los que se cometan cuando el trabajador se encuentre en labores de su cargo, en el ámbito de la asistencia sanitaria pública, con penas para el agresor de uno a cuatro años.