Las distintas formas de micromovilidad llevan más de 100 años recorriendo caminos, como es el caso de los patinetes, cuyos datos de origen remontan a los inicios del siglo pasado.
El panorama de ese momento también mostraba un auge en su uso y una necesidad de evolucionar, por la practicidad que representan y el fácil acceso a los mismos.
En la actualidad, según el último estudio hecho por el comparador de precios idealo.es, el 60 % de los españoles se ha subido a un patinete eléctrico.
El precio juega a favor del uso de los patinetes, ya que estos suelen tener un precio más barato. De hecho, algunos pueden llegar a costar menos de 100 €, de acuerdo a los datos ofrecidos por idealo.
Por su lado, la mayoría de las bicicletas eléctricas suelen superar los 500 € e, incluso, sobrepasan fácilmente los 1.000 €. Otros medios de micromovilidad como el monociclo eléctrico o los hoverboards son también mucho más baratos.
Pese a que estos aparatos no son nada jóvenes, el análisis del comparador concluye que los centennials y los millennials son los más predispuestos a probar este tipo de movilidad, con un 38,5 % y un 33,3 % respectivamente, mientras que solo el 11 % de los baby boomers se han montado en uno de estos dispositivos.
A medida que la micromovilidad va apoderándose de las carreteras, con el uso de patinetes, monopatines y bicicletas (todos eléctricos), entra en debate la seguridad de estos dispositivos.
Según los datos del análisis de idealo, el 60 % de los españoles considera que se trata de un modo de transporte seguro, de los cuales solo un 20 % elegiría el patinete eléctrico como modo de transporte.
El medio que mayor confianza ofrece a los usuarios son las bicicletas eléctricas, mientras que patinetes y monociclos, se quedan en un segundo y un tercer puesto respectivamente.
“El precio y la practicidad son clave para potenciar el uso de un producto, ya que abren la puerta a que las personas lo prueben de forma masiva” afirma Adrián Amorín, country manager de idealo.es, y añade que “se trata del vehículo idóneo para moverse por la ciudad, ya que permite recorrer distancias cortas en poco tiempo”.
“A medida que su consumo se masifique, mayores serán las regulaciones, aportando, a su vez, una mayor seguridad para los usuarios” sentencia Amorín.
