El tractor “tucu-tucu” de Ramón Manuel Carnero a su sobrino

La magia del grupo de Facebook "Somos Zamora" ha protagonizado una nueva historia de solidaridad colectiva
El escrito Ramón Manuel Carnero durante el proceso de elaboración del pirograbado
photo_camera El escrito Ramón Manuel Carnero durante el proceso de elaboración del pirograbado

La habitación del pequeño Simón ya luce el pirograbado con el tractor, protagonista del cuento que le dedicó en su día su tío, el escritor zamorano Ramón Manuel Carnero. Gran conocedor de la historia, hábitos y costumbres de la provincia y en particular de su Sayago natal, su devoción hacia su sobrino le llevó a escribirle un cuento personalizado sobre un tractor, el “tucu-tucu” como ellos lo llaman y del que ha surgido una nueva historia de solidaridad colectiva.

Tras la adquisición de su nueva casa, Sara se puso manos a la obra con la decoración del cuarto de su hijo ambientada en el mundo de las granjas y en el que no podía faltar un espacio a ese tractor, símbolo del férreo vínculo entre tío y sobrino.

La idea del escritor era darle una sorpresa a Simón, de cuatro años, con un pirograbado en madera de balsa del perfil del vehículo agrícola. Sin embargo, este tipo de madera tan utilizado hace años para diferentes manualidades, escasea en las tiendas especializadas de Zamora. Fue entonces cuando Sara recurrió al grupo público de Facebook para solicitar ayuda: “Mi intención era que alguien me pudiera orientar sobre tiendas de marquetería o de construcción que aún la vendieran”.

Resultado de la manualidad

Una vez más, la magia de “Somos Zamora” hizo el resto. El carpintero y autónomo Óscar Fontaneda, rápidamente se ofreció para regalarle dos trozos de diferentes tipos de maderas que a él le sobraban de su trabajo y que eran más que suficientes teniendo en cuenta que Sara y su tío sólo necesitaban un pedazo de 30x30 centímetros. “Me dijo que en las grandes superficies me iban a vender un tablero mínimo de un metro”.

Ramón Manuel Carnero se puso rápidamente manos a la obra con un pirograbador o soldador de estaño para dar forma a la manualidad que complementa con una pequeña valla para completar la decoración de la granja.

El gesto desinteresado de Óscar Fontaneda es sólo uno de tantos pero que sigue reflejando el carácter solidario de una ciudad que se sigue entregando al vecino y tratándole como a un igual. Ya lo hizo Sara en su día cuando acudió a revisar la vitrocerámica de una joven a la que se le quemó y que no disponía de medios para afrontar el pago de una nueva. “Finalmente no tenía solución, pero en esta época en la que vivimos si no nos ayudamos, y especialmente si no prestamos auxilio a los que más lo necesitan mal vamos”, concluye Sara. No fue su caso: ella, ingeniera de profesión, ha recibido sin pedirlo ni necesitarlo un poco de la generosidad que desbordan las gentes de Zamora, eso sí en forma de madera. Un gesto que quedará tan grabado como el tractor que espera pacientemente a ser descubierto cuando la mudanza a la nueva casa sea una realidad. 

Boceto inicial

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