martes. 23.04.2024
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66 molinos de 240 metros de altura repartidos por buena parte del territorio sayagués. Estos gigantes de viento de última generación aterrizarán a partir del próximo año, fecha en la que está previsto el inicio de las obras de instalación de los seis proyectos que se ubicarán en Bermillo y sus municipios anejos, Muga y Almeida, pero afectarán al futuro de toda la comarca.

El conocimiento del macroproyecto difundido en las últimas semanas ha despertado la expectación por su impacto a todos los niveles. Un impacto que desde la plataforma “Otra vez no en Sayago” consideran que será devastador y que, lejos de traer un aumento del empleo y del desarrollo en la zona, no hará sino generar más despoblación.

“Hay gente que cuando se ha enterado de lo que viene ha puesto su casa en venta directamente, solo por la amenaza: esto está pasando”, ha precisado Delfín Martín, el portavoz de la plataforma. 

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Desde esta misma semana y tras varias consultas legales así como con la empresa encargada de la construcción (la gallega Cenerga), la plataforma ha iniciado una recogida de firmas contra este proyecto a través de la plataforma Change.org, donde alerta del deterioro que supone para la comarca a nivel paisajístico, etnográfico y natural. 

El impacto visual es innegable en una comarca llana donde el desnivel máximo es de apenas 150 metros, lo que asegura que los molinos serán visibles desde prácticamente cualquier punto. “Se verán desde todos los rincones, pero hay pueblos como Villamor de la Ladre, Fresnadillo y Torrefrades que tienen molinos a ambos lados y a poco más de un kilómetro de distancia. El efecto visual va a ser brutal y el sonoro estremecedor”, sostienen. Un impacto que tendrá consecuencias directas sobre el turismo que se está fomentando en los últimos años, especialmente en el entorno natural de Los Arribes (donde también está planteado otro proyecto de estas características al sur del Tormes).

Otro de los principales pesares de la plataforma es el impacto a nivel demográfico. “Es lo que más nos importa”. Delfín precisa que, en un momento en el que con la pandemia se empiezan a apreciar los valores del entorno rural, este proyecto no hace sino generar un “efecto huída”. 

“Aquí se vende el paisaje, algo que, evidentemente, variará”. Desde la plataforma alertan de que el proyecto conlleva una pérdida de terreno importante, “menos que si fueran placas solares pero no despreciable”. Además, los caminos de acceso que habrá que trazar y las labores de ensanche de los ya existentes suman terreno que se pierde."

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A ello se suma el daño a aquellos sectores realmente sostenibles, como la ganadería extensiva o la agricultura ecológica, que verán sustancialmente reducida su disponibilidad de pasto y terreno apto para el cultivo -amén de las posibles consecuencias que tenga para los hasta ahora beneficiarios de la PAC; un asunto que se determina en Europa y que hasta el momento la plataforma no ha conseguido aclarar. 

Todo ello en un entorno calificado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica, un sello de alto valor que también afecta a Salamanca y a la vecina Portugal y que podría ponerse en peligro en el momento de su revisión por parte del organismo especializado de la ONU.

Por si fuera poco, el prometido progreso (que recuerda al que se vendió en su día con la desaparición de Argusino en 1967 y que inspira el nombre de la plataforma) volverá a ser residual. Los puestos serán básicamente físicos-orientados a la construcción de zanjas, caminos y trabajos de hormigonado- durante el tiempo de construcción para, una vez finalizadas las obras, dar paso a cuatro o cinco empleos fijos de labores de limpieza y mantenimiento de caminos. 

Todo mientras la construcción y gestión se llevará a cabo por una empresa gallega y el mantenimiento de los molinos (el modelo ENERCON E-160 EP5), principalmente remoto, correrá a cargo de una empresa de la Comunidad Valenciana. 

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Desde la plataforma son conscientes de que “estas energías renovables vienen con ese barniz de color verde que hace que sea muy difícil oponerse” y aseguran que, lejos de estar en contra de ellas, piden que se haga de manera ordenada, con tiempo y viendo dónde se hacen las inversiones para no afectar al medio ambiente.

Por ello, la recogida de firmas impulsada a nivel online se verá reforzada por campañas de sensibilización e información -como ya están haciendo a través de su blog y en breve con la publicación de un manifiesto- con el objetivo de que la población sea consciente de la magnitud de un proyecto que, una vez se convierta en una realidad, “ya no tendrá marcha atrás”. 

“Otra vez no en Sayago”: los porqués de la oposición a la instalación del parque...