Sayago no deja de sumar nuevos atractivos turísticos. El último en forma de un pequeño sello personal, obra de dos jóvenes descendientes de Carbellino y que se enmarca dentro de una iniciativa con la que pretenden descubrir los puntos más bellos de su municipio.
Virginia -natural de Carbellino- y Esther -residente en Madrid pero que veranea cada año en el municipio de sus abuelos- llevaban ya tiempo dándole vueltas a la cabeza a la forma de dinamizar el pueblo con pequeños “sellos personales” que destacaran el valor paisajístico de esta localidad, situada a tan sólo 2 kilómetros de una de las orillas del inmenso embalse de Almendra.
Un embalse que cada año deja bellas estampas entre los bañistas y pescadores, dispuestos a captar el atardecer o el ocaso entre las rocosas peñas y el fluir del agua. Es precisamente ahí, en la zona conocida como “La Playa”, donde estas jóvenes han localizado su primer y colorido mosaico que señaliza uno de los rincones más encantadores -a su parecer- de la zona perteneciente a Carbellino.
Si bien la ruta para dar con el pequeño mosaico no se encuentra señalizada, Virginia y Esther dan las claves para hallarlo. A través de la ZA-311 y tras desviarse ya a pie hasta dar con el antiguo bar que estuvo abierto en pleno esplendor de la zona hacia los años 90 -y que albergó comedor, merendero, así como zona recreativa y de camping-, el visitante debe seguir por una zona de peñas, donde se encuentra “semiescondido”.
“Decidimos no señalizarlo concretamente para plantearlo como un reto y una nueva forma de entretenimiento para los visitantes y también para aquellos que, pese a conocer la zona, no conozcan ese punto concreto”. En todo caso, las jóvenes no se cierran a terminar señalizándolo o bien hacerlo más sencillo de cara a los visitantes que acceden por primera vez a una zona para ellos desconocida.
Un encuadre que ya ha generado multitud de instantáneas de los primeros avezados dispuestos a unirse a la causa y retratarse junto al mosaico que forma la palabra “Sayago”.
Y es que, si bien la iniciativa era llevar el nombre de Carbellino a todos los visitantes de la zona y del municipio, el resultado del mosaico resultó mucho más fructífero con la palabra “Sayago”. “Teníamos pensado hacer dos mosaicos, si bien el resultado del primero no resultó como habíamos pensado inicialmente”. Un descarte que también vino impulsado por la idea de unidad de una comarca que siente todos los rincones como suyos.
Una impronta que Virginia y Esther ya han dejado en “La playa”, pero que en breve confían en extender a nuevos emplazamientos, aún por concretar. Si bien su próxima idea ya ha tomado forma -esta vez en forma de acróstico (composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, son leídas en sentido vertical y forman un vocablo o una locución)- aún falta por determinar su ubicación definitiva, así como la fecha en la que se descubrirá, siempre pendiente de fechas vacacionales y en las que el número de población en la comarca se incremente como es el caso del verano, puentes festivos o Navidades.
Virginia y Esther aseguran que no quieren encasillarse en los mosaicos como forma de expresión y de ubicar los rincones más desconocidos de la localidad. “Todo el que quiera está en su mano hacer cosas para dar a conocer sus pueblos, en nuestro caso hemos optado por materiales que no contaminen, con nuestras propias manos y con una inversión mínima”.