Tania Caballero es vecina de Zamora y hace seis meses estaba ingresada en el Hospital Virgen de la Concha con 39 de fiebre. Un largo recorrido que desembocó en quebraderos de cabeza, pérdidas de kilos y falta de profesionalidad.
Esta zamorana comenzó padeciendo helicobacter, una bacteria que causa infección en el estómago, tras erradicarla, comenzaron los problemas. Comenzó a hincharse y vomitar todo lo que comía, bajó de peso considerablemente y “la última semana antes de acudir a urgencias fue criminal, no podía comer nada, era horrible”.
Hasta en tres ocasiones acudió al centro hospitalario, en dos de ellas la mandaron a casa asegurándole que “no tenía nada” tras la realización de unos análisis. “Me metieron en el saco de la anorexia, en que no quería comer”, ha explicado esta vecina de la capital que no es que no quisiera comer, es que no podía.
“La tercera vez iban a mandarme a casa nuevamente, pero le dije a la enfermera que llamara a un internista y fue el quien me mandó ingresar”. Así, detectaron que padecía SIBO, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, algo que se produce cuando hay un aumento anormal de toda la población bacteriana en el intestino. También gastritis atrófica.
Aún así, la historia no acabó. “Me trató una médica de digestivo, me prepararon para una colonoscopia y me la echo para atrás diciéndome que me la haría otro día. Además, pedía que me retiraran el suero y me bajaba la tensión y el azúcar. Así cada día”, ha lamentado Tania.
Le dieron el alta por mejoría, pero “me fui a mi casa del mismo modo en que entré, pudiendo comer medio dedo y con la única diferencia de que tenía la receta de unos batidos para poder ganar peso”, ha explicado. Además, “como estaba con ansiedad, me mandaron al psiquiatra y apoyó que se trataba de algo de la cabeza, que me concentraba en el dolor”.
A pesar de las trabas, no desistió. Eso sí, decidió aducir a médicos privados donde le realizaron un diagnóstico. Tania padecía hasta tres intolerancias, sobrecrecimiento bacteriano y candidiasis intestinal “y luego decían que no tenía nada y que no quería comer”.
