miércoles. 24.04.2024
David Mendes durante el desfile de la cabalgata de 2020
David Mendes durante el desfile de la cabalgata de 2020

A falta de unas horas para que la ilusión vuelva a recorrer las calles de Zamora en forma de cabalgata, caramelos por el aire y música a prueba de altavoces, los jinetes ultiman los preparativos para que los caballos estén a punto y luzcan sus mejores galas. Este año son doce los que desfilarán por las principales avenidas y calles de la capital, un "paseo" de cerca de dos horas de duración pero que pone a prueba a los propios animales y a sus dueños, que deben velar por su tranquilidad.

Lo sabe bien David Mendes, natural de Muga de Sayago. Es el cuarto año que participa, en este caso subido a lomos de uno de sus mejores caballos. Imperioso, un pura raza español de ocho años, será a buen seguro uno de los más altos del desfile con su más de metro ochenta. También uno de los más tranquilos, una cualidad que, según apunta David, resulta imprescindible para este tipo de citas en el que cualquier estímulo pone a prueba la reacción del animal y que les obliga a tener a punto el seguro. “Sólo cuando arranca el desfile y ya se ponen los coches por delante de los caballos desfilando de dos en dos … todo ello unido al ruido y la gente es una combinación explosiva y debes saber manejarlo”.

A ello se suman otros elementos como los caramelos –labor de la que han liberado a los jinetes para evitar que los animales se alteren- o la propia lluvia. David recuerda que “hace cuatro años llovió muchísimo y sólo los paraguas abriéndose supone un reto constante para que mantengan la calma”. Asegura que la clave es montarlos en las jornadas previas para que lleguen a la cita más calmados, huyendo así de otras opciones como adormecerlos mediante inyecciones. A ello se suma la actitud del jinete: “Ellos saben si estamos nerviosos y si notan un temblor o tensión ellos lo devuelven”.

David Mendes acicalando a Imperial

Lo dice mientras acicala a Imperioso que se mantiene impasible durante toda la conversación, guardando un porte digno de un pura raza español. “Por eso lo elijo para llevarlo”. Lleva días preparándolo, sin tener en cuenta el tiempo de doma y de montarlo. Herrarlos, acicalarlos, lavarlos el día de antes y teñir sus cascos con un ungüento a base de aceite negro es sólo el inicio de una larga lista de que incluye también tener listo el mencionado seguro.

Imperioso es el capricho de este sayagués de 35 años que lleva desde los seis rodeado de caballos. Lo adquirió hace algo más de dos años al alcalde de Carbajales. Impresionado por sus dimensiones, David no paró hasta hacerse con él a sabiendas del trabajo de recuperación que tenía por delante. En sus manos, el animal ha logrado ganar 400 kilos hasta mantener el porte que ahora luce. 

Desde su primera experiencia repartiendo ilusión por las calles de Zamora, David asegura que las exigencias han cambiado mucho. “Ahora te piden que el animal esté en perfectas condiciones, antes alguien que no lo había montado en tres meses lo podía llevar sin problema”. Ahora él asume la responsabilidad de seleccionar al resto de jinetes apostando por las personas que saben que los cuidan con el mismo mimo y empeño que él pone, como su compañero y amigo Diego Vicente, natural de Bermillo.

David Mendes junto a Imperial y una potrilla árabe pura

Precisamente la pandemia ha provocado que este año más de la mitad sean potros de menos de seis años. Algo que David achaca a que durante estos casi dos años desde la irrupción del virus en nuestras vidas, la gente que tenía caballos no los han sacado apenas.

“Tener un caballo implica estar completamente dedicado a él, llevan muchas horas”. Y es que David únicamente se separa de sus once caballos para atender su trabajo como repartidor por las mañanas. Una pasión que no todo el mundo llega a entender pero que asegura que es vida. “Esto es todo perder dinero. Yo trabajo para los caballos, ahora, el lujo de poder salir ahora al campo y pasar una tarde cabalgando te quita todas las penas”.

David Mendes durante el desfile de la cabalgata de 2020

La ilusión también monta a caballo