Nuestros Zipi y Zape particulares, o los Faemino y Cansado, o también el Dúo Sacapuntas y por supuesto los másteres en solidaridad han sido en este viaje a Ucrania, Iago y Germán ellos, dieron la nota amable y en muchos casos divertida en un viaje inolvidable para todos.
Ellos han sido los compañeros de viaje que siempre hubiera deseado tener, y así fue en nuestro viaje a Ucrania. Su desparpajo y atención además de su defensa cual escudero de caballería andante sobre la vieja Mery o sobre cualquiera de los que conformamos el grupo de voluntarios de Acción Norte les ha dado para esta especial misión, un don y halo sin igual, otros dos héroes sin capa pero con un corazón de cabeza tractora de camión.
Miedo no denotaban, pero sustos hemos tenido. Ellos han sido las liebres de la vieja Mery y también los escopeta y perro de la caravana. Si alguien tenía que esperar a alguien en una cuneta o había que ir a buscar a cualquiera a cualquier asunto, o sitio por poco inglés, francés, alemán o polaco, que se supiera, allí estaban, había una sola cosa que hacer...silbar o decir en el grupo necesitamos....ya no había asignación, ellos saltaban como resortes.
Dos hombres con mujeres e hijos además de familiares en casa, con trabajos a la vuelta y comiéndose parte de ese dinero que en muchos casos no da ni para el fin de mes. Pero algo tiene la solidaridad a raudales que sale por los poros de esta gente, cuanto menos tienes más compartes y ellos tienen lo necesario para llenar las calles y carreteras de kilómetros infinitos de amor por los demás y sobre todo por los más débiles e indefensos.
Sus frases lapidarias, sus ayudas incondicionales, sus pitillos a escondidas y rápidos que seguro le habrán sabido a nada pero que han tenido siempre un momento "golfo" más que simpático en un viaje que realmente no ha sido de placer, se recordarán siempre. Los dos dan idea de servicio al prójimo, de cariño hacia los niños, de ayuda incondicional, de resistencia física y mental aunque algún abrazo blandito hemos tenido, y como no, lágrimas de emoción tanto en la recogida de los refugiados como en la despedida de los que fueron compañeros de viaje y ya familia.
Ellos dos han dormido juntos, han convivido juntos y han sufrido y llorado juntos las situaciones de viaje hacia una guerra y se han traído a personas con historias que llenan nuestras memorias dando sentido a vidas, que muchas veces sentimos incómodas, pero al recordar como son las de nuestras familias ucranianas, todo se pasa y relativiza.
Germán y Iago nos han dado un ejemplo de amor y cariño hacia los demás de fuerza interior, solo rota en el silencio de la noche entre ronquido y ronquido, o entre los momentos de crujido interior ante tanta impotencia debida a una guerra en la que los activistas de la paz tenemos tan poco espacio que duele por dentro la inacción de personas, instituciones y gobiernos que siguen permitiendo que una guerra en el siglo XXI y a las puertas de cualquier país siga existiendo. Sayago y Galicia unidos en uno solo algo de lo que aprender. Ferrol y Peñausende para siempre.
No valen bloqueos, no valen vetos, no vale OTAN, ni ONU, valen personas, familias, niños y ancianos que nada saben ni tienen que ver con el ego y la mente obtusa de un ser que de humano, tiene nada. NO A LA GUERRA STOP WAR