jueves. 28.03.2024
Homenaje a Jesús Santiago Panero, Cuqui
Homenaje a Jesús Santiago Panero, Cuqui

 En un acto sencillo, que pretendía mantener el carácter alegre y afable de “Cuqui”, pero cuya emotividad ha terminado desbordando a todos los allí presentes, los jardines de la Casa de la Cultura Jesús Santiago Panero han albergado el sentir de un pueblo, su Bermillo, que no lo olvida. 

El 24 de enero llegó como un jarro de agua fría. La noticia de la pérdida de “Cuqui”, aunque sabida, cayó como una losa sobre Bermillo y por ende sobre un Sayago en el que dejó su impronta dinamizadora, siempre con ese doble rasero de tranquilidad mezclada con el continuo afán por emprender nuevos proyectos, primero con el teatro y que hace ya una década tomó forma de la mano de la agrupación de “La Mayuela”. Ellos, sus compañeros, han sido los que han sabido sobrellevar el dolor para continuar con su legado. 

El Covid no ha ayudado y su homenaje en mayúsculas se ha tenido que posponer hasta hoy, si bien sus vecinos, los que lo conocieron de primera mano, han ido dejando retazos que hoy han servido para culminar ese sencillo acto que arrancaba con el descubrimiento de un banco de madera labrado con la siguiente frase: “Y no sé cuándo... la belleza de Sayago como una rosa envenenada se nos convirtió en NOSTALGIA”. 

Homenaje a Jesús Santiago Panero, Cuqui

Un banco que se descubría tras unas sencillas palabras pronunciadas por el presidente de La Mayuela, Lorenzo Ferrero, y del diputado de Cultura, Jesús María Prada. Aunque sin duda fue una de sus sobrinas las que, pañuelo en mano, provocó el sentir de los allí presentes -más de un centenar- que no quisieron perder la ocasión de rendir su último adiós a “Cuqui”. 

Ella fue la que pronunció las palabras más emotivas, las de una familia que lo extraña día a día como día a día se siente su ausencia por las calles de un Bermillo que también le grita: “Jesús, Cuqui, siempre pincel en mano, sigue pintando allá donde estés”. 

"Buenas tardes a todos. Agradezco a mi padre la oportunidad de hablar de Jesús cuando hay personas que debido a causas, como la distancia, han disfrutado de su presencia y podrían hablar mejor de él. Voy a hablar de Cuqui como Jesús, mi tío, como lo que ha sido para mi, para mi familia, para el pueblo y para todas sus gentes. Recuerdos muchos vernos en Bermillo en su casa, sus libros, su afición por la pintura, el arte, el teatro. Siempre me cuidó y educó tanto a mí como a mi hermano y los que han venido después, inculcándonos la pasión por este pueblo, sus antepasados y sus raíces. Siempre con su ternura, su paz y esa tranquilidad que transmitía allá donde iba. Jesús, hermano de mi padre, su confidente, su gran apoyo, que aún llevándose como el perro y el gato se querían con locura. Lo recuerdo enseñándome aquellas fotos en blanco y negro que guardaba con cariño, las historias de su infancia con mi padre en la posada, sus juegos de niños, su vida".

"Jesús, sayagués de nacimiento, siempre hablando de su tierra, de sus gentes, enamorado de estos parajes que plasmaba con precisión en sus pinturas. Enamorado de su Sayago esforzándose por revivir este pueblo, por darlo a conocer al mundo y por transmitir su pasión a los demás. Jesús, colaborador de La Mayuela sin descanso: sus meninas, sus belenes, disfrutando como un niño de todas sus actividades, siempre maquinando en su cabeza el qué hacer para animar a todo el pueblo. Jesús, amigo de sus amigos, con quien no perdonaba el vino, el pincho, la partida y esas largas charlas de bar. Y estoy convencida de que donde esté estará agradecido por vuestra presencia, ruborizado con la mirada baja por el homenaje que se está haciendo en su nombre. Jesús, Cuqui, Sayago se ha quedado vacío un poquito sin ti. Los caminos echan de menos tus pisadas, sus gentes echan de menos tus palabras, tu familia echa de menos tu cariño. Querríamos un poco más de ti pero tú siempre lo has dado todo. Jesús, Cuqui, siempre pincel en mano, sigue pintando allá donde estés".

Homenaje a Jesús Santiago Panero, Cuqui

Emotivas palabras que han tenido su continuación ya en la plaza de la Iglesia, donde tras la actuación de Vandalia Trío, los vecinos, colaboradores de La Mayuela, han leído pequeños extractos de las cartas que en su día mandaron a Cuqui y que, si bien no llegaron físicamente al cielo, sí quedaron colgados a merced del viento en el árbol centenario. Unas palabras que, a buen seguro, hoy ha vuelto a escuchar y a sonreír viendo a un pueblo, su pueblo, que trata de continuar, siempre unido, ampliando su legado y aún con el dolor de una pérdida que deja una huella demasiado profunda como para borrar. 

Bermillo se emociona en un sentido tributo a un “Cuqui” eterno