En los últimos años, el papel de los agricultores y ganaderos ha cobrado una relevancia inesperada y fundamental en España. No solo como productores de alimentos, sino también como actores clave en momentos de crisis y emergencias. Equipados con tractores, cubas y una voluntad inquebrantable, han estado en la primera línea en situaciones que han puesto a prueba a todo el país: desde la pandemia hasta los incendios forestales y las recientes catástrofes naturales en Valencia. Su compromiso y solidaridad han demostrado que, más allá de su rol en el campo, son esenciales para el bienestar y la seguridad de todos.
Cuando el COVID-19 azotó al mundo en 2020, muchas ciudades y pueblos se encontraron desbordados ante la necesidad de desinfectar calles y espacios públicos para evitar la propagación del virus. En este contexto, agricultores y ganaderos de toda España se ofrecieron voluntariamente a desinfectar los pueblos y las ciudades. Equipados con sus tractores y cubas, recorrieron kilómetros rociando desinfectante en calles y plazas, ayudando a frenar la expansión del virus en el ámbito rural. No esperaron a que se les pidiera ayuda ni a que alguien les ofreciera compensación; Simplemente, hicieron lo que consideraron necesario.
A pesar de las dificultades y riesgos de contagio, los agricultores no dejaron de trabajar para mantener la cadena de suministro alimentario. Siguieron sembrando y cosechando, sacrificando su bienestar por garantizar que la población tuviera acceso a productos frescos y de calidad en tiempos de confinamiento. Su sacrificio permitió que, en plena emergencia sanitaria, el país no enfrentara una crisis alimentaria.
La generosidad y valentía de los agricultores también se hizo evidente durante los devastadores incendios que asolaron la Sierra de la Culebra en 2022. Los ganaderos y agricultores de la provincia fueron de los primeros en llegar a la zona afectada. Armados con tractores y cubas de agua, no dudaron en arriesgarse para hacer frente a las llamas y proteger sus tierras, casas, y las de sus vecinos. Sus herramientas de trabajo se convirtieron en armas contra el fuego, y con sus aperos abrieron cortafuegos para detener el avance de las llamas, que amenazaban con arrasar todo a su paso.
En muchos casos, los agricultores fueron la última línea de defensa para salvar el patrimonio natural de la zona y proteger sus hogares y los de sus vecinos. Sin la ayuda de estos trabajadores, la tragedia podría haber sido aún mayor. Ellos conocen el terreno y tienen un sentido de pertenencia que los lleva a luchar por cada metro de tierra.
Recientemente, las inundaciones y destrozos provocados por la DANA en Valencia han puesto a prueba nuevamente la solidaridad de los agricultores. Muchos de ellos han colaborado enviando alimentos y recursos desde sus propias fincas a las áreas afectadas. Otros han viajado a la zona con sus tractores y equipamiento para ayudar en las labores de limpieza y recuperación de las calles inundadas. Sin esperar reconocimientos o recompensas, demostraron que, incluso en las tragedias más distantes, los agricultores y ganaderos están ahí para ayudar.
Para muchos, los tractores se han convertido en símbolos de esperanza y fortaleza. Estos vehículos, junto con sus agricultores que habitualmente se ven en los campos de cultivo, ahora son imágenes de resiliencia en medio de calles cubiertas de lodo y escombros. Con sus luces rotativas encendidas, los agricultores demuestran su apoyo desde todas partes, ya sea en persona o enviando ayuda desde sus lugares de origen.
A pesar de su esfuerzo incansable en tiempos de crisis, los agricultores y ganaderos enfrentan constantemente una realidad de precios bajos y falta de apoyo gubernamental. Su trabajo, fundamental para la economía y la seguridad alimentaria, no siempre recibe el reconocimiento que merece. La lucha por precios justos ha sido una constante en el sector agropecuario, y los trabajadores del campo han salido a la calle para exigir que garanticen medidas la sostenibilidad de su trabajo.
Las manifestaciones de agricultores, unidos en un mismo propósito, son una muestra de la unión que caracteriza a este sector. Con tractores y pancartas, recorre carreteras y ocupan plazas para visibilizar sus demandas y pedir una solución a la crisis de precios que amenaza su sustento. Ellos, que en cada emergencia acuden sin pedir nada a cambio, ahora piden apoyo para poder seguir adelante, para que el campo siga vivo y las generaciones futuras puedan mantener esta labor tan esencial.
La importancia de los agricultores y ganaderos va mucho más allá de su trabajo diario en el campo. En cada emergencia y en cada protesta, se demuestra que ellos son una pieza clave en la estructura de la sociedad. Sus actos de solidaridad, entrega y valentía han puesto de manifiesto su papel fundamental en la vida del país.
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