Cientos de árboles adultos de diferentes especies han sido sacrificados, sin necesidad alguna, a lo largo de más de seiscientos metros, y con anchuras del terrero de entre cinco y diez metros, los tocones al aire permanecen como prueba de tamaña barbaridad.
Y es que, según indicaciones del propio Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, esta plantación situada en las inmediaciones de la N-630, antes de la llegada al cementerio de la localidad y que se extendía hasta la cercanía de las primeras viviendas del municipio, lejos de suponer un peligro para la circulación o la vía, aportaban beneficios notables a la seguridad de ambas.
No suponían un peligro para la vía puesto que los árboles no ocultaban ninguna señal de tráfico y su sistema radical no podía dañar ni el sistema de drenaje hormigonado, ni el firme, ni conducciones de ningún tipo, ni la propia valla de seguridad, por su distancia a los mismos. Tampoco suponían un peligro para el tráfico rodado al ser un tramo con baliza de seguridad, amplia cuneta de drenaje y situarse el arbolado en lo alto de un talud de extremada pendiente.
Continúa el Ministerio aconsejando la conservación y mantenimiento de este tipo de plantaciones por sus numerosos beneficios, tanto para la carretera como para los conductores, y muy importante, para los vecinos del municipio. Destaca que estas plantaciones logran el asentamiento del terreno, especialmente en taludes, como es el caso, evitando la erosión y arrastre de terreno, consolidando de esta forma la seguridad y mantenimiento del sistema de drenaje, que de otra forma colapsaría con rapidez, provocando peligrosas inundaciones de calzada.
Prosigue enumerando otros beneficios, como la protección antideslumbramiento de esa plantación, dado que al encontrarse al oeste de la vía minorizaba los efectos negativos de la puesta de sol y a la vez actuaban de pantalla de ocultación paisajística sobre el cementerio de la localidad.
Mucho más importante para los vecinos de Morales del Vino es la referencia a esa plantación como excelente freno a la propagación de polvo y gases de escape, máxime cuando coincidía con uno de los STOP con más afluencia de vehículos, ligeros y pesados, de la provincia. Solamente para acudir a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), situada frente a la tala, la Dirección General de Industria cifra en más de 70.000 los vehículos (más de 140.000 paradas y arranques), los que anualmente se desplazan a estas naves situadas al lado de las magníficas instalaciones de la Fundación Personas, donde entre voluntarios, trabajadores y atendidos, ahora hay unas 450 personas sometidas a mayor contaminación.
Estas razones son, o debieran ser, más que suficientes para que el consistorio moralino deje de mirar hacia otro lado y cese en su pasividad, exigiendo responsabilidades y una inmediata reforestación de la zona dañada.
