Ribadelago 65 años después: el dolor de una presa rota y la tragedia oculta bajo las aguas

La presa de Vega de Tera se rompía un 9 de enero de 1959 y 144 vecinos de la localidad morían bajo las aguas

Ribadelago destrozado por el agua
photo_camera Ribadelago destrozado por el agua

El 9 de enero de 1959 marcó el inicio de la década de los sesenta con una catástrofe que dejó una profunda cicatriz en la memoria de Ribadelago, y, en general, en la historia de Zamora. Aquel día, la presa de Vega de Tera se desplomó, liberando casi 8 millones de metros cúbicos de agua embalsada y llevándose consigo la vida de 144 vecinos. Aunque solo se recuperaron 28 cuerpos, el lago de Sanabria se convirtió en el silencioso testigo que cada 9 de enero se tiñe de luto.

El embalse formaba parte del salto de Moncabril, un proyecto hidroeléctrico de la empresa hidroeléctrica. La fatídica noche, más de 150 metros del muro de contención cedieron, desatando una riada que alcanzó Ribadelago sin dar tiempo a sus habitantes. El estruendo de la ruptura fue el único aviso antes de la devastación. La falta de infraestructuras y la lejanía del pueblo retrasaron las primeras asistencias hasta la mañana siguiente.

El antiguo campanario en el que se refugiaron los supervivientes
El antiguo campanario en el que se refugiaron los supervivientes

La negligencia que llevó al colapso de la presa dejó un saldo de desolación y muerte en la comarca sanabresa. A día de hoy, se recuerda como una herida abierta en la memoria colectiva. El proceso judicial que siguió no llevó a ningún mandatario a la cárcel, y las indemnizaciones pagadas fueron escasas: 95.000 pesetas por hombre, 80.000 pesetas por mujer y 25.000 pesetas por niño. La tragedia de Ribadelago, un capítulo oscuro que sigue resonando en la historia local.

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