En la tranquila oscuridad de la noche, mientras la provincia de Zamora se sumía en un profundo sueño, Melchor, Gaspar y Baltasar emprendieron un viaje único: llevar la magia directamente a los hogares para asegurarse de que cada niño se despertara con ilusión y felicidad esta mañana. Los tres sabios descendieron de sus camellos mágicos y entraron en cada casa. Su misión era clara; dejar un regalo especial para cada niño mientras dormían, asegurándose de que ningún pequeño se quedara sin experimentar la emoción de la mañana del 6 de enero.
Los juguetes, los dulces y las sorpresas llenaron los zapatos que los niños habían dejado con anticipación, y los sueños de cada pequeño se colmaron de expectación. Esta mañana, los hogares de Zamora se despertaron con un resplandor especial. La ilusión se manifestó en las sonrisas radiantes de los niños al descubrir los regalos que los Reyes Magos habían dejado con cariño.
Así, la noche mágica en Zamora ha dejado una huella imborrable en la memoria de cada niño, recordándoles que la magia existe y que, incluso en tiempos de oscuridad, la luz de la ilusión puede brillar con fuerza. La visita especial de los Reyes Magos ha cumplido su propósito, dejando tras de sí un reguero de alegría que perdurará en los corazones de los niños hasta el próximo año.
