Sus manos cuentan historias. No se cansan de tejer; con su destreza y habilidades ha hecho arte con las manos. Perpetua Vasallo a sus noventa años, se ha convertido en la ganadora del primer concurso de decoración navideña de El Piñero. Un hogar decorado por completo a ganchillo. Una tradición que se mantiene viva, no solamente en esta época, sino a lo largo de las generaciones que transformaron madejas de lana e hilo en decoraciones navideñas. Desde el balcón hasta la fachada, cada detalle tejido a mano por ella transmitió el espíritu navideño de una manera única. Su esfuerzo no pasó desapercibido, y se llevó a casa el merecido primer premio, un vale de cien euros para seguir embelleciendo su hogar.
Y es que, este año las calles de este pequeño municipio zamorano se han convertido en un deslumbrante escenario lleno de luz y color gracias al entusiasmo y la creatividad de sus vecinos. El concurso de decoración navideña ha sido en un espectáculo festivo que ilumina cada rincón del pueblo. El segundo premio, también tiene mérito e historia. A sus 97 años, Justa Herrera engalanó la fachada de su casa con la ayuda de sus hijas, transformando este rincón en un lugar mágico que le valieron un delicioso queso.
El tercer lugar fue para Patricia de Arriba, una joven de 30 años, que llenó de lazos la entrada de su casa. Su ingenio y creatividad la hicieron merecedora de un premio en forma de exquisito vino. Estos reconocimientos no solo son celebraciones individuales, sino también testimonios del espíritu navideño que ha unido a El Piñero en esta temporada festiva. La diversidad de estilos y la participación de todas las edades demuestran que la Navidad es una época perfecta para compartir alegría, creatividad y magia.
