
Este domingo, dos de abril, se cumplen 100 años del nacimiento de Cipriano de Paz Castaño. Se dice pronto. En 1923, cuando los aliados vencedores de la Primera Guerra Mundial imponían compensaciones económicas a Alemania, cuando Albert Einstein recibía el título de Honoris Causa por la Universidad Central de Madrid o cuando Juan de la Cierva realizaba el primer vuelo en autogiro, en un pequeño municipio de Zamora, en Cabañales de Tera, una madre daba a luz a su pequeño.
La longevidad de Cipriano ha ayudado incluso a su municipio. Fue uno de los últimos vecinos de Cabañas que recibió el bautismo en las actuales ruinas de la Iglesia de Santa Bárbara y también en los primeros años de su niñez contempló la reunión de pendones alrededor del templo, este recuerdo infantil ha sido fundamental para recuperar el actual pendón concejil que el domingo 19 de marzo recibía la bendición.

Como muchos vecinos del pueblo tuvo que emigrar a Bilbao con su familia donde educó, junto con su mujer Aquilina, a sus tres hijos. Sin embargo, uno siempre quiere volver a su hogar y así fue. Cuando llegó su jubilación, regresó a Cabañas donde convive con sus vecinos.
Este domingo es un día especial para Cipriano. Por ello, su familia y sus vecinos organizarán una pequeña fiesta donde no faltarán deseos de felicidad y salud por parte de su hijo, sus dos hijas, su nuera y yerno, sus nietos e incluso su biznieto.