En 2024, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) logró 366 avances en investigación, lo que equivale a un avance diario. Estos resultados son un paso importante hacia el objetivo de alcanzar una supervivencia superior al 70 % para 2030. Los proyectos apoyados por la AECC abarcan desde nuevas terapias hasta métodos de detección precoz y estrategias para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esto ha sido posible gracias al respaldo de empresas colaboradoras, donantes y socios.
Uno de los avances más destacados de este año fue el desarrollo de una nueva inmunoterapia CAR-T para el cáncer de mama HER2+, un subtipo que afecta entre el 15 % y el 30 % de los casos. El equipo del Dr. Joaquín Arribas, del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), ha logrado demostrar en modelos de laboratorio una regresión completa y duradera del tumor. Esta inmunoterapia, apoyada por la AECC desde 2018, comenzará pronto un ensayo clínico con 15 pacientes.
Por otro lado, el equipo del Dr. Luis Álvarez-Vallina, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha conseguido desarrollar una versión más potente de la inmunoterapia CAR-T. Este tratamiento, conocido como STAb-T o “puñal”, ha mostrado mayor eficacia en modelos animales contra el mieloma múltiple en comparación con las terapias tradicionales. Este avance, que será probado en ensayos clínicos, promete mejorar las opciones de tratamiento para esta enfermedad.
En el campo de la investigación sobre cánceres infantiles, el trabajo liderado por la Dra. Núria López-Bigas, del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), ha sido clave para entender el origen de los segundos tumores en pacientes pediátricos. A través del proyecto internacional PROMINENT, financiado por Cancer Grand Challenges, se estudian las bases moleculares del cáncer para desarrollar nuevas estrategias de prevención y tratamiento.
El equipo de la Dra. López-Bigas ha analizado genomas de pacientes para comprender mejor cómo se originan los segundos tumores, un fenómeno poco frecuente pero devastador en la población infantil. Este estudio tiene un alto potencial para mejorar los diagnósticos y tratamientos, así como para ofrecer nuevas opciones terapéuticas para los niños afectados por cánceres infantiles y sus complicaciones.