España arranca 2022 de la misma manera que finalizó el pasado 2021: con datos récord de contagios ante la entrada en escena de la variante ómicron. Un panorama que ha amenazado durante unas fechas clave como son las Navidades la apertura de cientos de comercios y que amenaza con continuar en las próximas semanas del mes de enero hasta llegar al pico de la curva de esta sexta ola.
Los últimos datos acumulados desde el miércoles -por el festivo del jueves, Día de Reyes- dejan 242.440 contagios y 97 muertes desde el miércoles. La incidencia se sitúa ya en los 2.722 casos. Preocupan y mucho las franjas con menor cobertura vacunal que corresponde con los veinteañeros y treinteañeros, con una IA de 4.084,46 y de 3.317,99, respectivamente. Una incidencia que casi dobla la incidencia entre los menores de 5 a 11 años, que han comenzado hace unas semanas a recibir el pinchazo de la vacuna pediátrica y que presentan una IA de 2.317,22 casos.
El pico de contagios no termina de llegar, lo que se suma a un mes que tradicionalmente pone a prueba las economías domésticas de una buena parte de la población en la consabida "cuesta de enero". Así, las bajas laborales por el Covid se suman a las facturas crecientes de la luz, el gas, el gasóleo y,, por consecuencia, del resto de alimentos de la cesta de la compra dibujando un panorama desolador en lo que parece un bucle sin fin.
Pese a que ómicron ha demostrado ser una variante mucho más contagiosa frente a la delta pero menos grave, los expertos aún esperan que pasen varias semanas hasta que alcancemos el pico de contagios. Un máximo que se espera que llegue en primer término a Cataluña, donde la IA ya se sitúa por encima de los 3.000 casos y con más de 500 pacientes Covid ingresados en UCI, lo que se traduce en una presión del 41%, la más alta del país. Allí, los expertos consideran que el pico llegará en cuestión de días, si bien la evolución en el resto del país podría ser más larga. Los expertos hablan de finales de mes atendiendo a la evolución de lo ocurrido en Sudáfrica -donde se detectó la primera variante-.
Con las UCI al 22,06% de su capacidad por pacientes con una PCR positiva, preocupa la presión asistencial, si bien no tanto como la Atención Primaria que continúa saturada ante el inabarcable número de personas que piden cita con su médico de cabecera al haber dado positivo en un test de autodiagnóstico, lo que ha llevado a algunas CCAA a echar mano de los profesionales médicos del Ejército para tratar de paliar esta situación. Otras, como Galicia, cuentan con médicos recién jubilados que han regresado a su labor en los centros de salud.
