Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha querido declarar este viernes en el Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid. Estaba citada como investigada por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción. Gómez, que ya evitó comparecer el pasado 5 de julio, ha vuelto a entrar en los Juzgados de Plaza de Castilla por el garaje por motivos de seguridad.
Según fuentes jurídicas, Gómez se ha acogido a su derecho a no declarar minutos después de entrar en la sala escoltada por varios miembros de seguridad. A la salida, su abogado, el exministro socialista Antonio Camacho, explicó que "ella no declaró porque no se dan las garantías necesarias".
Esta es la segunda vez que Begoña Gómez acude al juzgado. La primera vez, el 5 de julio, se aplazó su comparecencia porque su defensa alegó desconocer los detalles de la querella presentada por la asociación ultracatólica Hazte Oír, que se suma a la denuncia inicial del sindicato Manos Limpias.
El testigo de esta semana ha sido Juan Carlos Barrabés, empresario relacionado con la causa y que también está siendo investigado por una serie de contratos públicos. Ambos se conocieron trabajando en la Universidad Complutense de Madrid y ha declarado que se reunió con ella en La Moncloa, en ocasiones con la presencia de Pedro Sánchez.
Antonio Camacho, abogado de Gómez, insistió en la necesidad de limitar la investigación. "Estamos en un Estado de derecho y la declaración debe hacerse con garantías", dijo. Camacho recordó que el juez investiga todos los actos de Gómez desde que su marido es presidente, pero subrayó que la Audiencia de Madrid solo encontró indicios suficientes para investigar unos pocos contratos, que fueron remitidos a la Fiscalía Europea.
Por otro lado, Miguel Bernad, líder de Manos Limpias, anunció que ampliarán la denuncia contra Gómez por intrusismo laboral, argumentando que firmó un documento técnico sin tener la titulación necesaria, lo que podría considerarse un delito según el artículo 403 del Código Penal.