La noche prometía, y los zamoranos han respondido a la llamada de la luna de sangre y al eclipse total de luna.
Cientos de personas se agolpaban en los escenarios míticos de la bien cercada para ver un auténtico espectáculo de la naturaleza que aunque en principio se ha hecho esperar ha mantenido el paseo y la espectación ante la visión mágica de una luna de color rojo que se adivinaba en el horizonte.
Cientos de cámaras, móviles y prismáticos se disponían ávidos para captar el momento en el que la luna alcanzaba su máximo exponente.