Aunque el tiempo de este sábado 4 de enero no invita a dar un paseo en piragua por las aguas del río Duero, no ha sido impedimento para que los piragüistas de la ciudad se entreguen a un riguroso entrenamiento de series de velocidad. Equipados con ropa térmica, manoplas y plumas, los deportistas se enfrentaron al frío de primera hora del día para perfeccionar su técnica.
La imagen refleja la dedicación de los deportistas que, a pesar de las bajas temperaturas, mantienen su compromiso con el entrenamiento. Este tipo de entrenamientos son comunes entre los clubes zamoranos que preparan su temporada de competiciones.
El río Duero, en su tramo más próximo a la ciudad, se convierte en el lugar ideal para la práctica de este deporte durante todo el año. Su caudal y las condiciones naturales permiten a los deportistas centrarse en mejorar su resistencia y velocidad, incluso en estas fechas marcadas por las inclemencias del tiempo.
