Y entre todos ellos, uno ha brillado con luz propia: las ranas de Carbellino, consideradas las más singulares de Europa.
La jornada comenzó con una visita a Fermoselle, donde los chefs pudieron conocer el Museo del Aceite, símbolo de una tradición que se mantiene viva en las tierras de los Arribes. Allí cataron productos locales de gran calidad, maridados con vinos de la Denominación de Origen Arribes y con productos que llevan el sello de la marca Exquisiteza, el distintivo que ensalza la excelencia alimentaria de la provincia.
La sorpresa llegó en Carbellino de Sayago, donde los cocineros fueron recibidos por Fabián y Paula, alma y motor de la empresa Singular Grenoucerie, el mayor criadero y exportador de ranas de consumo de Europa. Esta empresa, ubicada en pleno corazón de Sayago, ha transformado un producto ancestral en una delicatessen de alto nivel gastronómico, respetando los ciclos naturales y apostando por la innovación sostenible.
Los chefs no solo conocieron de primera mano el proceso de cría, selección y tratamiento de este manjar, sino que degustaron in situ varias preparaciones con ancas de rana, platos que sorprendieron por su sabor, textura y versatilidad. El maridaje con los vinos de La Setera y los lácteos de Gaza completaron una experiencia sensorial que dejó perplejos a muchos de los asistentes.
Entre los anfitriones, nombres propios de la alta cocina zamorana como los chefs del restaurante El Ermitaño (Estrella Michelin), El Restaurante Rey Don Sancho, Adrián del Cuzeo o Mar Marcos del restaurante España en fermoselle, que hicieron de cicerones y embajadores de la tierra. Fue esta última quien emocionó a los asistentes con su defensa apasionada de la cocina de raíz, el producto local y la identidad cultural de Sayago, una tierra aún por descubrir para muchos.
La visita, impulsada por el cocinero Santos Argañín, natural de Carbellino y referente de la cocina de autor en la comunidad, ha tenido como objetivo conectar a los cocineros con el origen del producto, con las personas que lo elaboran y con el paisaje que lo hace posible. “Queremos que los chefs no solo conozcan el producto, sino también la gente, el paisaje y la historia que le da sentido”, subrayó Argañín durante el recorrido.
Aceite de los Arribes, vinos de autor, embutidos artesanales, quesos, legumbres, miel, pan tradicional, repostería, carnes de ganadería extensiva y otras joyas del territorio se han puesto sobre la mesa en una acción que visibiliza la singularidad de Zamora como despensa gourmet de interior. Junto a ello, propuestas más innovadoras como las ancas de rana, el queso de leche de burra, la trufa, el café artesanal o la cerámica artística pensada para la restauración contemporánea han demostrado que la provincia también está en la vanguardia.
Las impresiones de los cocineros han sido rotundamente positivas. Muchos de ellos han expresado su gratitud por la experiencia y su sorpresa ante la calidad de unos productos que hasta ahora eran poco conocidos fuera de la provincia. Para Sayago y para Zamora, este tipo de visitas son un escaparate de enorme valor que permite que productores locales, proyectos innovadores y tradiciones culinarias entren con fuerza en las cocinas más exigentes.
Zamora, una vez más, demuestra que tiene mucho que ofrecer al mundo de la gastronomía. Y Sayago, con sus ranas únicas, sus paisajes agrestes y su alma rural intacta, ha sabido conquistar paladares y corazones.
