Después de meses de cierre, las bisagras de la puerta del BAYADOLIZ van a engrasarse de nuevo, y Kike y sus chicos volverán por sus fueros a dar tardes de tapas y cañas a una juventud que merece también el asueto y el respeto de ya casi dos años sin poder dar rienda suelta a sus lógicos contactos sociales, eso si, con la mascarilla puesta no la vayamos a liar.
La calle de los Herreros va tomando vida, el Moly y el Juma han mantenido el tipo igual que lo hicieron los Abuelos y otros cuatro bares contados, todos siguen a la espera de que la calma tensa vuelva, y deje de soplar la tempestad que supone un cierre de tantos y tantos meses.
Chocarse en la curva del Moly con el BAYADOLIZ ya podrá ser posible, y seguro que es algo que se echa de menos, porque no podemos olvidar que el zamorano es de contacto, aunque ahora sea milagro hacerlo, y también somos de vinos y cañas, de triángulos y cuadrados, de tapeo y de botellines a la puerta de los benditos bares, que echamos de menos más que al verano. Tanto que la vida se nos ha ido al menos en este periodo que parece dar los últimos coletazos, eso si, no por llegar antes, ni por el ansia de disfrutar, perdamos ese sentido común que se tiene, que se ha tenido y que hay que seguir teniendo.
Kike, gracias por volver, tú eres parte inequívoca de que la vida, con un cuadrado, unas alitas, o un "montao" y un botellín, es más vida.
Nos vemos en los bares, y hoy por supuesto es viernes de cañas en los Herreros.
El día 4 de junio, si no pasa nada extraño, re-abrirá otro de los baluartes de la calle de los Herreros, el BAYADOLIZ se prepara tras seis meses en calma chicha.
