sábado. 20.04.2024
Anselmo Esteban junto a su obra en el Palacio de la Encarnación
Anselmo Esteban junto a su obra en el Palacio de la Encarnación

Son sus "caprichos" y ha incluido a familiares y amigos a los que tiene que agradecer su apoyo a lo largo de su dilatada trayectoria artística. Y no hay ninguna mujer porque quería respetar la "estética" de la obra original y básicamente porque "me apetecía hacerlo así". El cuadro "Los 24 caprichos +1", de Anselmo Esteban, una de las obras que "cuelgan" en la exposición del Palacio de la Encarnación hasta este domingo, 30 de octubre, ha cobrado vida propia como homenaje a otro cuadro emblemático de la historia de la pintura de Zamora: La Golondrina del maestro Antonio Pedrero.

En aquel lienzo de Pedrero son 22 los personajes que "pueblan" aquel bar, que comenzó llamándose "La Golondrina"; en el de Anselmo Esteban hay dos más. "Tenía que incluir a esas dos personas", explica sin más su autor.

¿Pero quién son esos personajes que aparecen en "Los 24 caprichos" de este artista zamorano?. El propio Anselmo Esteban, que también se autoretrata en el cuadro, desgrana una a una las razones que le han llevado a plasmar a estas personas en un lienzo que ha tardado 508 horas en rematar.

El primero, el dueño del bar, Alfonso Meneses, amigo personal de Esteban. A Alonso Iglesias, maestro jubilado, lo conoció Anselmo de "rebote", cuando le "robé en las redes sociales una imagen que usé para hacer el cartel de Semana Santa de 2018". El más joven del grupo es Óscar Antón, presidente de Luz Penitente y socio fundador de la asociación de la que, a su vez, es socio el artista zamorano. A Horacio Navas, semanasantero de Benavente, le conoció porque le pidió una lámina de la conducción al Sepulcro y luego le prestó fotografías para una exposición. Su amigo, el fotógrafo Pedro Barrios, ha sido inmortalizado con su cámara. "Muchas de sus fotos han sido el modelo que me ha servido para esta muestra", señala Esteban.

Francisco Prieto, comerciante zamorano jubilado es uno de sus compañeros de pincel en la Hermandad Ferroviaria. "Gracias a la pintura y a los vinos hemos hecho amistad", recalca son cierta sorna. Con Francisco Esteban, Anselmo comparte muchas cosas, entre ellas, el ADN: es el hermano pequeño. "Un sol", añade.

Bernardo Corporales es otro de los compañeros-alumno de la Hermandad Ferroviaria y fue gracias a él que Anselmo Esteban comenzó a dar clases en esta agrupación. "Es un ejemplo de superación, una persona con discapacidad que pinta cosas maravillosas", añade. Miguel Rubio es otro de los fotógrafos que, desde el primer momento, cedió sus imágenes para que Esteban las plasmara en el lienzo. Ildefonso Rodríguez es otro compañero de la Hermandad Ferroviaria y uno de sus mejores amigos, y José Manuel Diéguez, un gallego afincado en Zamora que ha colaborado con el artista en todo momento. No aparecía en el primer boceto, pero en cuanto "me di cuenta, lo puse", matiza Esteban.

José Esteban es el hermano mayor, fotógrafo aficionado, y Ángel Raúl Miguel aparece en los "caprichos" como amigo incondicional y diseñador gráfico de la exposición que se ha montado en el Palacio de la Encarnación. Manuel Sadia es pintor aficionado aunque en la provincia es más conocido como cantante de Cepa y Sarmiento. "Quería un personaje que cantara y el primer pensamiento fue para Sadia", aclara.

Boceto de "Los 24 caprichos +1"
Boceto de "Los 24 caprichos +1"

Sejis Arribas y José María Blanco son otros dos amigos, pintores aficionados con los que ha participado en más de un concurso. Carlos Fondón es el camarero de "Los Caprichos de Meneses", también poeta, que pidió a Anselmo dibujar la portada de su libro. Jesús Salvador es fotógrafo y mi "traedor" particular. "Siempre lo tengo de aquí para allá, tráeme esto y aquello", comenta entre risas el autor de la muestra que permanecerá abierta hasta este domingo. Fernando Ferreras es el "médicis". "Desde que hablé con él por primera vez solo me han ocurrido cosas buenas", aclara Esteban. Carlos San Gregorio, fallecido recientemente, fue su profesor de Dibujo. "Lo poco que sé, lo aprendí de él", subraya.

José Luis Herrero fue el hombre que le dio la "fama". Un día llamó a Anselmo Esteban para que realizara la portada de la revista de la Cofradía del Silencio, de la que es vicepresidente. "Desde entonces me empezaron a valorar más", asegura el artista zamorano.

Antonio Pedrero no necesita presentación. "Lo es todo", dice. "Los 24 caprichos" es un homenaje a uno de los cuadros más representativos del gran pintor zamorano, La Golondrina. "Cuando le fui a hacer la proposición, honesta o deshonesta, de utilizar su cuadro todo fueron facilidades", confirma. Y añade que le tenía el primer sitio reservado en sus "caprichos": observando toda la escena desde el final de la barra, como "el maestro que es". Pablo Sáez es un amigo pintor y excelente persona que tenia que estar "sí o sí".

Por último, el +1, Anselmo Esteban, el autor de esta obra en la que inmortaliza a figuras actuales de la sociedad zamorana alrededor de una barra. " A ese ni le conozco", bromea el propio artista. "Al principio no tenía intención de autoretratarme, pero un amigo me lo aconsejó y ahí estoy", recalca.

E insiste en que mucha gente se ha quedado fuera. "Había que poner un límite", aclara, aunque deja claro que "no son todos los que están pero si están todos los que son". El personaje 24, sin contar al propio autor, ¿quién es?. La incógnita se despeja visitando la exposición y contemplando la pizarra que resalta en el cuadro.

¿Quién es quién en el cuadro de "Los 24 caprichos +1" de Anselmo Esteban?