Personas con parálisis cerebral han reclamado este martes, con motivo del Día Mundial de la Parálisis Cerebral, un compromiso político y social en la construcción de un futuro mejor para frenar las desigualdades del colectivo, que se han agravado más aún por la pandemia, y que se tenga en cuenta la presencia de estas personas en los proyectos de reconstrucción social.
Así lo han manifestado en un acto institucional online que Confederación ASPACE ha organizado para celebrar el Día Mundial de la Parálisis Cerebral y dar a conocer la campaña que ha puesto en marcha bajo el lema #UnFuturoMejor, a través de la cual pretende reclamar un compromiso firme por la sostenibilidad del sector para garantizar la reconstrucción desde el enfoque social de derechos y alcanzar así un futuro mejor para toda la sociedad.
Con esta iniciativa, las más de 120.000 personas con parálisis cerebral que hay en España han reivindicado la igualdad y no discriminación del colectivo y el alivio de la sobrepresión socio-económica de las familias y han pedido que se garantice la sostenibilidad de entidades de atención directa, ya que, según Confederación ASPACE la pandemia ha mermado la calidad de vida y el ejercicio de derechos de estas personas y ha hecho patente la disminución en los recursos de las entidades, que precisan ahora un mayor soporte para seguir actuando con la misma garantía y solvencia.
Durante el encuentro, dos personas con parálisis cerebral han leído el manifiesto del Día Mundial de la Parálisis Cerebral y han evidenciado el esfuerzo y la solidaridad de 5.700 trabajadoras y trabajadores, de 20.700 personas con parálisis cerebral y sus familias y de todas las personas de las 85 entidades y los 230 centros de atención directa que conforman el Movimiento ASPACE. "Todas ellas hicieron posible la protección de un colectivo especialmente vulnerable como el nuestro", han subrayado.
Y es que, según han explicado, las múltiples necesidades derivadas de la pluridiscapacidad y el hecho de que el 80% de las personas con parálisis cerebral tenga grandes necesidades de apoyo, ha hecho que este colectivo se sitúe a un lado de la sociedad y en un escenario de especial vulnerabilidad, en especial, tras la crisis de la COVID-19. "Partimos de una situación de precariedad, en la que la aportación de las Administraciones Públicas en muchos casos no llega a cubrir el 50% del coste del servicio específico ofrecido en las entidades", han recordado desde la entidad.