Un informe de la CHD detecta 108 especies invasoras de flora y 20 de fauna en la cuenca del Duero

El estudio advierte de la expansión de cangrejos americanos, visón y almeja asiática en los ríos, así como de plantas exóticas en torno a ciudades como Zamora, Valladolid, León o Palencia

Cangrejo rojo americano - imagen de redes sociales
photo_camera Cangrejo rojo americano - imagen de redes sociales

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha confirmado la presencia de 108 especies invasoras de flora y 20 de fauna en la demarcación de la cuenca del Duero, según un informe presentado tras la prospección de más de 320 emplazamientos en ríos y embalses. Los resultados alertan del creciente impacto de especies alóctonas y exóticas que amenazan el equilibrio ecológico de los ecosistemas fluviales.

El estudio revela que más de la mitad de los tramos fluviales analizados presentan fauna invasora, siendo las especies más frecuentes los cangrejos señal y rojo americano, el visón americano y la almeja asiática. Estos organismos no solo desplazan a especies autóctonas, sino que provocan graves alteraciones ambientales. En Zamora, por ejemplo, el cangrejo señal está afectando a la náyade de río (Margaritifera margaritifera), un molusco en peligro de extinción considerado una joya de la fauna acuática.

La flora invasora alcanza cifras aún más preocupantes, con más de un centenar de especies identificadas en la cuenca. Entre las más extendidas figuran el ailanto, la mimosa, la Conyza canadensis, la Medicago sativa o la Isatis tinctoria, que colonizan riberas y suelos alterados. La proliferación es especialmente evidente en áreas próximas a grandes núcleos urbanos como Zamora, Valladolid, León o Palencia, donde la degradación del entorno facilita su expansión. También se han detectado importantes concentraciones en los Arribes del Duero, debido a las condiciones climáticas particulares de la zona.

Los sistemas fluviales, según advierte la CHD, son extremadamente frágiles y sensibles a los cambios. La introducción de especies exóticas —ya sea de forma intencionada, accidental o derivada de actividades humanas como la pesca— provoca competencia con especies autóctonas, depredación, alteración de hábitats e incluso transmisión de enfermedades, pudiendo llegar a causar la extinción local de especies y transformaciones irreversibles en los ecosistemas.

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