En vísperas del Día Internacional de las Personas Mayores, un nuevo informe titulado 'La Voz de la Accesibilidad' revela una preocupante realidad para las personas con movilidad reducida en Castilla y León. Según el estudio, casi la mitad de los castellanoleoneses (49%) enfrentarían graves dificultades para desplazarse por las áreas comunes de su edificio o dentro de su vivienda en caso de necesitar una silla de ruedas, lo que refleja la urgente necesidad de mejorar la accesibilidad en la región.
Este dato cobra mayor relevancia si se considera que en España viven más de 2,4 millones de personas con movilidad reducida, de las cuales 270.000 son mayores de 65 años. Las barreras arquitectónicas no solo están presentes en los hogares, sino que afectan a todo el entorno urbano, lo que convierte a la accesibilidad en un desafío diario para muchos.
El informe pone de manifiesto que los municipios de Castilla y León, al igual que el resto de España, no superan la prueba en accesibilidad. Las personas con movilidad reducida otorgan un suspenso (4,7) a las infraestructuras de sus localidades, resaltando especialmente las dificultades para acceder a edificios públicos, cruzar pasos de peatones y utilizar el transporte público. Aunque los pasos de peatones son los mejor valorados en accesibilidad con una nota de 6,04, las aceras y el transporte público obtienen las puntuaciones más bajas, con un 3,93 y un 4,55 respectivamente.
La accesibilidad dentro de los propios edificios es uno de los principales problemas para las personas mayores con movilidad reducida. La mitad de los castellanoleoneses verían afectada su autonomía si dependieran de una silla de ruedas en su vivienda. Y para un 64% de los residentes de esta comunidad, realizar obras de rehabilitación que mejoren la accesibilidad resulta complejo, especialmente cuando el coste por vecino supera los 2.000 euros, lo que genera desacuerdos en las comunidades de propietarios.
Cristina Pallàs, directora de la Fundación Mutua de Propietarios, hace hincapié en la urgencia de estas reformas: “La movilidad reducida es uno de los principales problemas de la tercera edad y, por ello, es esencial que las comunidades de propietarios sean conscientes de la necesidad de hacer accesibles los edificios para facilitar la vida de los mayores, contribuyendo a crear una sociedad más inclusiva”.
El informe también recoge la percepción de la sociedad castellanoleonesa sobre el día a día de las personas en silla de ruedas. Según los encuestados, actividades cotidianas como hacer deporte (81%), viajar (79%), utilizar el transporte público (69%) o realizar la compra (65%) son vistas como altamente complicadas para este colectivo.
A pesar de esta conciencia general, la falta de acciones concretas y una mayor sensibilización social siguen siendo un reto. “La accesibilidad no debería ser un lujo, sino una herramienta para que todos puedan participar plenamente de la sociedad”, concluye Pallàs.