"Seréis mis testigos" ha sido el lema elegido para celebrar la Jornada Mundial de las Misiones, el popular Día del Domund. Con eucaristías y colectas en todas las parroquias, Zamora pretende reconocer este día la labor que realizan los 89 misioneros zamoranos repartidos por el mundo y apoyar económicamente las iniciativas que emprenden en los países en los que desarrollan su labor evangelizadora.
En Granja de Moreruela ese testigo se ha dedicado a Joaquín Bodego, el misionero del Verbo Divino que falleció en México el pasado mes de marzo a los 71 años de edad.
El presbiterio de la parroquia granjeña no estaba adornado hoy con flores. Los hermanos José Luis y Susa de Rábano prepararon un altar en reconocimiento de lo que supone el Día del Domund. En el centro, un retrato de Joaquín Bodego, un misionero tenaz, alegre y luchador que murió en México "trabajando", apenas unas horas después de estar repartiendo paella para recaudar fondos.
El globo terráqueo simboliza la universalidad del Domund, que se celebra en todos los países. España es el segundo país que más aporta en esta Jornada. El año pasado fueron cerca de 63.560 euros, de los cuales la diócesis de Zamora aportó 63.313 euros. Se financiaron 453 proyectos en 74 países, según los datos que recoge su página web.
En el altar de la Iglesia de San Juan Evangelista de Granja de Moreruela aparecían representados también los cinco continentes, allí por donde los misioneros españoles llevan su labor evangelizadora, con la "ayuda" de la sandalias, que aluden "al camino y a la tarea".
En el centro, sobre las telas con los colores de los cinco continentes, y junto al retrato del misionero, la biblia abierta recuerda a los fieles que está presente el Señor y, sobre ellos, la Virgen de la Inmaculada, la imagen de la que era devota la madre de estos dos hermanos, Carmen, fallecida hace unos años.
Con estos símbolos, los fieles de Granja de Moreruela y su nuevo párroco, Edgardo Ernesto Rivera, se unieron en una eucaristía para celebrar la solidaridad universal, el Domund, que se celebra el penúltimo domingo de cada mes de octubre, desde que en 1926 fuera establecida por el Papa Pío XI esta “fiesta de la catolicidad", en palabras de la Diócesis de Zamora.
