Desde esta semana, las tardes comienzan a alargarse, un cambio casi imperceptible pero que marca el inicio del retorno de días más largos. Aunque muchos asocian este fenómeno al solsticio de invierno, el 21 o 22 de diciembre, lo cierto es que las tardes ya han comenzado a ganar algunos segundos de luz desde el 8 o 9 de diciembre. Este crecimiento es especialmente notable a partir del 12 y 13 de diciembre, coincidiendo con Santa Lucía.
Un refrán popular lo recuerda bien: "Por Santa Lucía, menguan las noches y crecen los días". Aunque el avance aún es tímido y difícil de notar, sumando segundo a segundo, la luz de la tarde se va haciendo más presente. Para quienes no prestan atención a estos detalles, basta con saber que antes de que acabe el año, el 31 de diciembre, se habrán ganado unos 10 minutos de luz vespertina.
El crecimiento de los días sigue un curioso ritmo que nuestros mayores solían medir con refranes. Decían, por ejemplo, "Por Santa Lucía, los días crecen a paso de gallina, y para Reyes ya lo conocen los bueyes". Un guiño a la vida en el campo, donde cada minuto de luz extra marcaba la diferencia en las labores cotidianas.
Aunque la ganancia por las tardes ya ha comenzado, las mañanas todavía se hacen más oscuras, un fenómeno que se prolongará hasta principios de enero. El cambio será más evidente con el paso de las semanas. Para el 17 de enero, día de San Antón, se podrá disfrutar de media hora más de luz, y el 3 de febrero, para San Blas, el incremento alcanzará una hora completa.
Este proceso, que arranca discretamente en diciembre, culminará con días mucho más luminosos en pleno invierno. Un detalle que quizás pase desapercibido al principio, pero que en su avance paulatino trae consigo la promesa de más claridad en nuestras tardes, un motivo para mirar al cielo con optimismo.