El reloj da las doce de la noche en punto en la noche. El redoble de los tambores, siete golpes secos y un cataclismo final, marcan el inicio de la procesión. Todo está a oscuras y es entonces cuando las puertas del templo, de la iglesia románica de Santa María de La Horta, se abren.
Un bosque de caperuces de pana verde llena la iglesia mientras los cargadores atraviesan el dintel de la puerta, sortean el arco, y el Cristo de la Expiración, el Crucificado de los Barrios Bajos, sale a la calle. Desde la Cruz contemplará salir a los hombres y mujeres que le acompañarán en su recorrido por la ciudad.
Es noche de Martes Santo en Zamora. (Vídeo cedido por Mágica Sede)