Se cumple un año de pandemia, un año de dictamen de la OMS, de mascarillas si o no, de encierro, de acaparamiento de víveres, de papel higiénico, de enfermedad y de desgracia humana en el que...¿ habremos aprendido algo?
Juzguen ustedes mismos y sepan de momento que la cuarta ola ya está en marcha.
El país se ha roto, se ha endeudado, se ha fraccionado aún más si cabe, y 365 dias después estamos enfrascados en luchas políticas, en mociones de censura y en cosas superfluas para intentar desviar una atención que es crucial para que volvamos alguna vez a esa normalidad que ya nunca será igual.
Toques de queda, cuarentenas, encierros obligados, salidas solo al supermercado y en muchos casos ni eso. Hospitales colapsados, UCIS ampliadas, sanitarios en pie de guerra ante un virus el sars-2 covid-19 que sigue campando a sus anchas por universo y aunque este ha conseguido de nuevo superarse y conseguir una vacuna que es la esperanza de todos, de al menos 335 millones de humanos que ya no morirán de Covid-19, la clase política sigue en su mundo.
8.700 millones de almas atacadas por un virus minúsculo que profetizaron hace años, que como cruda realidad nos dejó huérfanos a muchos, enfermos de covid permanente a millones, o tocados también mentalmete a otros tantos. Índices de suicidios disparado, trastornos a miles y un estado de alarma que tras el anuncio un día como hoy hace 356 días, ha destrozado la economía y las vidas de millones de seres humanos. 118 millones de contagios más de 2"6 millones de muertos y una verdad absoluta, no hemos aprendido nada. Tampoco los negacionistas, ellos si que no se han dado cuenta de que los engañados son ellos.
Más allá de teorías de la conspiración, queda la necedad humana, la falta de escrúpulos de las farmacéuticas y la idiotez manifiesta de los gobernantes que en ningún caso o en muy pocos, han sabido cómo controlar y erradicar la pandemia de manera efectiva.
Un año atrás, nuestras vidas cambiaron a peor, en todos los casos, en todos y cada uno, puesto que la libertad se vio coartada, la sanidad demostró su genio y su profesionalidad, aún con recursos de país del tercer mundo, porque ni mascarillas había al inicio para cubrir a los que nos cuidaron y cuidan, la economía se hundió, se han perdido millones de puestos de trabajo y aunque aparecieron los ERTES, la sociedad entendida anteriormente ahora es otra, lo que no ha cambiado ha sido la parte más pequeña y es la que ha de cambiar, la de los políticos y el salve su culo que el mío ya lo tengo a salvo.
Triste es y por los más de 100.000 muertos que oficiosamente tiene España, hoy solo queda que mirar adelante, obviando a los que gobiernan, a sus egos y a sus manipulaciones, es momento de salir adelante a golpe realidad, y ni sacrificando a los sanitarios o a los abuelos han podido con una sociedad que es responsable y fuerte, que se auto ayuda. Por tanto ahora solo queda esperar a que ellos se den cuenta de que a parte de la pandemia el problema son ellos, hay demasiados y no son efectivos, hay que hacer que lo entiendan esa será la mejor forma de erradicar la pandemia y la necesidad de timón que tenemos en un país en el que sobran políticos.
