El Papa recuerda a su confesor, el sacerdote zamorano Manuel Blanco, "un superior y consejero"

Desde la ventana del Palacio Apostólico, el sumo pontífice se dirigió a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, recordando la dedicación del fraile natural de Camarzana de Tera y su entrega durante 44 años a la iglesia de Roma
El Papa Francisco rinde homenaje al padre Manuel Blanco, "superior, confesor, hombre de consejo", fallecido hace dos días. El Pontífice acudió a la Iglesia de los Santos Cuarenta Mártires y San Pascual Baylón de Roma, en la que Blanco residió por 44 años.
photo_camera El Papa Francisco rinde homenaje al padre Manuel Blanco, "superior, confesor, hombre de consejo", fallecido hace dos días. El Pontífice acudió a la Iglesia de los Santos Cuarenta Mártires y San Pascual Baylón de Roma, en la que Blanco residió por 44 años.

El Papa Francisco recordó este domingo al fraile franciscano Manuel Blanco, su confesor y consejero, fallecido el pasado jueves. El pontífice acudió por la mañana a rezar ante su féretro en la iglesia de 'Santi Quaranta Martiri y San Pasquale Baylon' en el barrio romano de Trastevere.

Desde la ventana del Palacio Apostólico, Francisco se dirigió a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, recordando al padre Blanco como "un superior, confesor y consejero" que había servido en la iglesia de Roma durante 44 años. El Papa también aprovechó para agradecer a todos los hermanos franciscanos su dedicación a la Iglesia.

Manuel Blanco, originario de Camarzana de Tera en Zamora, falleció a la edad de 85 años. La Orden Franciscana, en un comunicado, destacó su trayectoria y su reciente rol como confesor del Papa Francisco. El funeral del padre Blanco se celebrará este lunes a las 10:00 horas locales en la mencionada iglesia.

La visita del Papa Francisco a la iglesia fue una sorpresa. Según el fraile José Manuel Sanchís Cantó, el Papa llegó antes de las 7 de la mañana, acompañado por la Gendarmería Vaticana. Francisco habló con los frailes, interesándose por su procedencia y compartiendo recuerdos del padre Blanco, a quien describió como "una persona buena, misericordiosa y tranquila". El pontífice permaneció todo el tiempo junto al féretro, mostrando así su respeto y cariño por su confesor fallecido.

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