En el marco de la tercera asamblea diocesana, el obispo de Zamora, Fernando Valera, subrayó la importancia de avanzar en el "camino sinodal" dentro de la diócesis. Esta iniciativa, que se ha convertido en un eje central de su mandato, busca reformar las estructuras eclesiásticas mediante la participación activa de todos los miembros de la Iglesia, desde los religiosos hasta los feligreses.
Valera explicó que esta asamblea supone un paso más allá de las dos anteriores, enfocadas en la conversión pastoral y estructural, y pretende hacer realidad el camino sinodal, es decir, caminar en común. El obispo enfatizó que esta sinodalidad no solo implica seguir las enseñanzas del Espíritu Santo, sino también fomentar un proceso de "escucha activa" entre todos los miembros de la diócesis. "Sinodal significa caminar en común, y para eso debemos escuchar lo que Dios quiere de nosotros", afirmó.
Durante el encuentro, también intervino José de Pablo, quien, junto a Juan Antonio, formará parte de otras dos asambleas programadas para enero y abril del próximo año. De Pablo destacó la importancia de despolarizar las discusiones dentro de la Iglesia, alejándose de posiciones extremas y abriendo el diálogo para comprender qué quiere el Espíritu de la comunidad. "No buscamos repetir lo de siempre, sino crear algo nuevo desde la creatividad que nos viene de arriba", señaló.
El proceso sinodal en Zamora se alinea con las reformas que están llevando a cabo otras diócesis, como Valladolid y Granada, y cuenta con la participación activa de la comunidad jesuita, aunque, según De Pablo, no son los únicos en colaborar con la diócesis zamorana.
Además, los organizadores subrayaron que este camino de renovación no compromete la autoridad del obispo, ya que la sinodalidad no es sinónimo de democracia. Valera y sus colaboradores aclararon que el objetivo es seguir manteniendo la estructura jerárquica de la Iglesia, pero con una mayor apertura a la escucha. "La Iglesia sigue teniendo obispos y autoridad, pero ahora el énfasis está en escuchar antes de mandar", concluyó.
Este proceso de renovación, que se desarrollará a lo largo del curso, pretende fortalecer la participación, la comunión y la misión de la Iglesia en Zamora, en sintonía con los principios del Concilio Vaticano II, que destaca el papel de todos los bautizados como portadores del Espíritu.