Los bomberos de acción Norte tras un cambio de aeropuerto en último momento puesto que el previsto estaba colapsado, han tenido que aterrizar cerca de la ciudad de Adyaman. En estos momentos se dirigen hacia las zonas más necesitadas de esta ciudad de 300.000 habitantes en plena debacle y caos. Tan solo un equipo permanece en esa ciudad intentando rescatar a las personas bajo los escombros.
Los bomberos españoles recién llegados han sido asignados a esta ciudad de 300.000 habitantes para ser ahora el segundo equipo que interviene en una ciudad en la que la desolación y los graves problemas de comunicaciones están dejando un reguero importante de fallecidos y de personas atrapadas entre los cascotes y hierros.
Tras el movimiento sísmico de la tierra de 7,8 grados en la escala Richter más de 100 réplicas que complican las tareas de rescate de los equipos enviados por más de 100 países.
Todo el mundo llegado a Turquía está coordinado por las Naciones Unidas y el ejercito Turco.
Las comunicaciones e Internet de momento funcionan.
Hora y media en el Hércules, traslados en autobús, de personas y equipos y una gran necesidad de orden y logística mantienen a todos los llegados a la zona en alerta y bajo una tensión importante que baja en el momento de la intervención.
Adrenalina por todas partes y mucho que hacer en tiempo récord ya que los rescates de personas son lo primordial en estos momentos.
Las víctimas mortales de los terremotos de magnitud 7,8 y 7,5, respectivamente, que sacudieron el lunes el sudeste de Turquía y el noroeste de Siria, ya son más de 16.000. Las autoridades turcas han informado de que al menos 12.873 personas han muerto, mientras que en Siria hay alrededor de 3.100 fallecidos (1.900 en las zonas en manos de los rebeldes y 1.262 en los territorios controlados por el Gobierno), lo que convierte los temblores en los más mortíferos del último decenio. Los heridos en ambos países suman más de 68.000.