La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León declarará en los próximos días la emergencia cinegética en la provincia de Zamora con el objetivo de frenar la alarmante sobrepoblación de ciervos que está causando importantes daños en los cultivos agrícolas. Así lo ha anunciado este viernes el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones tras reunirse en Valladolid con los máximos responsables provinciales de las organizaciones agrarias UPA-COAG y ASAJA.
La medida implicará un aumento del cupo de ejemplares a abatir, tanto de ciervos como de ciervas, y se enmarca dentro de un paquete de actuaciones urgentes para responder a las reiteradas demandas del sector agrícola, que venía denunciando en las últimas semanas la pasividad de la Administración ante un problema creciente.
En el encuentro, celebrado en la sede de la Consejería, también participaron el director general de Medio Natural, José Ángel Arranz; el delegado territorial de la Junta en Zamora, Fernando Javier Prada Antón; y el jefe del Servicio de Medio Ambiente en la provincia, Mariano Rodríguez Alonso. Las partes analizaron los perjuicios que la fauna silvestre está provocando en los campos zamoranos, con especial incidencia del ciervo como especie más lesiva.
La declaración de emergencia cinegética será efectiva en los próximos días mediante la publicación de una Orden que habilitará medidas extraordinarias de control poblacional. Suárez-Quiñones se comprometió, además, a mantener una nueva reunión próximamente en Zamora para perfilar el despliegue concreto de las actuaciones.
Como gesto de confianza hacia la voluntad de la Junta de abordar el problema, las organizaciones agrarias han decidido aplazar la movilización prevista para el próximo lunes en la capital zamorana. No obstante, UPA-COAG y ASAJA advierten de que permanecerán vigilantes y que el acto de protesta se retomará si las medidas no se materializan o resultan insuficientes.
La sobreabundancia de ciervos, especialmente en comarcas como Aliste, Sayago y Sanabria, lleva años generando cuantiosas pérdidas en las explotaciones agrícolas y forestales, además de un aumento de accidentes de tráfico provocados por irrupciones en carretera. Los agricultores exigen soluciones efectivas que permitan restablecer el equilibrio entre el medio natural y la actividad productiva rural.