La falta de mantenimiento en las instalaciones de Mercazamora, un referente comercial de la ciudad, ha alcanzado niveles alarmantes tras 25 años de funcionamiento. A día de hoy, quienes visitan el recinto se encuentran con una estructura deteriorada, marcada por grandes agujeros en el tejado que permiten la entrada de agua y la presencia de palomas. La situación ha sido denunciada en varias ocasiones, pero la respuesta del Ayuntamiento sigue sin llegar, a pesar de los anuncios de medidas y la existencia de un estudio de viabilidad.
Mercazamora, que en su día contaba con oficinas municipales, una cafetería, salas de frío y un espacio adecuado para los pequeños comerciantes de la ciudad, ha ido perdiendo poco a poco su función. La desaparición de servicios esenciales, como la cafetería y la presencia de las oficinas, sumado al deterioro visible de los espacios, son solo algunas de las consecuencias de la falta de inversión y mantenimiento en los últimos años.

Los comerciantes, que siguen apostando por el lugar, tienen que lidiar con un entorno que parece condenado a la desidia. Las denuncias sobre los agujeros en el techo, que datan de hace más de cuatro años, no han sido resueltas de manera efectiva. Aunque el Ayuntamiento intentó taparlos con planchas transparentes, estas no duraron más de un año antes de volver a dañarse. La instalación de uralitas plastificadas, que ya presentaban signos de envejecimiento, tampoco ha resuelto el problema. Los mayoristas y almacenistas aseguran que la situación afecta directamente a su negocio, pues los desperfectos continúan y las condiciones de higiene se han visto gravemente comprometidas.
El estado de abandono se extiende a la infraestructura del lugar, con 32 puestos cerrados, lo que ha reducido considerablemente el número de clientes. A pesar de que hace más de cuatro meses el concejal responsable del área anunciaba un estudio de viabilidad que contemplaba una inversión de medio millón de euros para la transformación de la instalación, la situación no ha cambiado. El concejal reconoció que "el Merca no se puede morir" y admitió que es necesario un cambio urgente, pero a día de hoy el recinto sigue en el mismo estado deplorable.