
“Antes de decir me voy, tenemos que dejar a otra en nuestro lugar”. Es la frase con la que Matilde Fernández ha resumido la lucha de la sociedad para lograr una igualdad efectiva de género en materia laboral.
Así, mientras la brecha de pensiones en Europa se sitúa en un 30%, en España es de cuatro puntos superior, lo que indica que "cambiar estructuralmente un país para que funcione con igualdad real supone tanto tiempo, tantos años, tantas leyes, tantas acciones positivas y tanto cambio de mentalidad en hombres y mujeres que ha de ser una tarea continuada en el tiempo y donde no nos permitamos respiro".
El 92% de las excedencias que se piden en España las piden mujeres para cuidar a sus hijos, mayores o personas con discapacidad, mientras que el la reducción de jornada femenina es del 85%, lo que afectará a su contribución al sistema de pensiones. "Conciliar quiere decir que no suceda lo que en España".
Fernández, que fue ministra de Asuntos Sociales con Felipe González al frente, sindicalista, jubilada y feminista, ha acudido al tercer café-tertulia organizado por la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT en Zamora en el que ha dibujado un mapa de la evolución de la lucha feminista partiendo de datos de las primeras décadas del pasado siglo.
La exministra apuesta por un gran pacto "entre mujeres jóvenes y activas laboralmente con mujeres mayores, una experiencia y una juventud pactando y uniéndose para hacer frente a los diferentes problemas". Un trabajo continuado para cambiar mentalidades.
Y es que, a día de hoy, una mujer europea media trabaja fuera de su jornada laboral 22 horas a la semana para el cuidado de la familia y de hogar frente a las nueve horas de media del hombre. "Incluso hay ahora encuestas europeas donde crece el porcentaje de personas que dice que los hombres siguen teniendo un rol fundamental que es salir a la calle, trabajar y traer el dinero a casa. Es alucinante, algo que ya aparecía en el franquismo y que vuelve a aparecer. Es la muestra de que hay que ser 'corredoras de fondo'".
La ausencia de datos de cotización de mujeres durante los primeros 30 años del siglo XXI muestra la situación hace menos de cien años, en la que muchas de las mujeres estaban empleadas cobrando una media de entre 3,5 y 4,5 pesetas frente a las 7,2 a 9,2 de media que cobraba un hombre.
Una diferencia que se traduce en una brecha del 16% en el marco de la Unión Europea, pero que en España se dispara hasta el 21% al haber sido más tardío. Sólo en la década del 70 el número de mujeres afiliadas a sindicatos rondaba el 7 al 9% -"los que llamaban un dígito"-, y que contrasta con el 50% de afiliadas de UGT luchando por los planes de igualdad para avanzar hacia un camino que aún queda muy lejos. Así lo sostiene Fernández que ha recordado que los datos de pensiones entonces eran prácticamente nulas, ya que había muy pocas mujeres que las cobrasen y porque se encontraban en sectores con mala o nula relación laboral.