Las sopas de ajo ofrecidas por la hostelería zamorana siguen siendo seña de identidad del Viernes Santo.
El parque de Bomberos, varios centros de salud y personal de Guardia han recibido esta mañana las cazuelas y sopas se ajo que tradicionalmente se comen en este viernes Santo tan anómalo.
Zamora aún confinada muestra que tanto la solidaridad como la tradición no se pierde y el espíritu semanasantero se mantiene intacto por mucho que esta pandemia haya causado este gran estrago en el devenir de la Semana de Pasión de Zamora.