Javier Faúndez ha sido investido este martes tras una elección marcada por el silencio y la discreción. Con la libertad que le otorga la mayoría absoluta con 13 de los 25 diputados, el Partido Popular ha apostado finalmente por el que fue nombrado alcalde de Trabazos en 2003, tiempo desde el que suma dos décadas de experiencia política: "Estos 20 años de responsabilidades en distintos cargos públicos, me hacen llegar a este reto más y mejor preparado".
Concluido el recuento de votos de los 25 diputados, Faúndez era proclamado como nuevo presidente de la institución provincial para el mandato 2023-26 relevando así en el cargo a Francisco Requejo que alcanzó la presidencia fruto del acuerdo entre el PP y Ciudadanos y que en los últimos meses pasó ya en calidad de diputado no adscrito tras su baja de la formación naranja para configurar Zamora Sí.
Faúndez era nombrado presidente sin sorpresas por los 13 votos de los diputados de su Grupo haciéndose con la mayoría necesaria frente a los siete votos logrados por Luciano Huerga (Grupo Socialista) y los tres de Laura Rivera (Grupo Izquierda Unida). El recuento se ha completado con dos abstenciones.
El diálogo permanente, la transparencia y el respeto serán las señas de identidad de este equipo de gobierno. El de Faúndez ha sido un discurso de recuerdo de su trayectoria política, pero también de compromiso, promesas y miras de futuro. Así, el nuevo presidente ha solicitado la colaboración leal del resto de los grupos de la oposición para "no traicionar" la confianza depositada por los ciudadanos. Para ello profundizarán y mantendrán el esfuerzo presupuestario mejorando los servicios sociales y con la vista puesta en "recuperar la voz de los alcaldes" como el alma de la provincia y los mejores conocedores de sus necesidades.
Para Faúndez, "ser alcalde de tú pueblo es la mejor escuela y el mejor aprendizaje que un servidor público puede tener para conocer de primera mano los problemas y las necesidades del medio rural tan presente en esta provincia".
Este docente de profesión que durante sus primeros años de andadura política hizo todo tipo de "encaje de bolillos" para compatibilizar su plaza en Galicia con su cargo en Trabazos, llega al cargo con la misma implicación y dedicación que cuando, por sorpresa, pasó de ocupar la lista de las municipales al municipio alistano de simple concejal a encabezar el número 1 de la candidatura popular.
"Hoy, 20 años después, sigo preocupado por no defraudar a todas las personas que han depositado su confianza en mí, mantengo la misma humildad, la misma ilusión y tengo más ganas si cabe de seguir trabajando por la provincia a la quiero y a la que me debo".
Un tiempo que para Faúndez no cabía en su cabeza como "mucho menos", cabía el llegar a presidir La Encarnación pero que hace con "energía" y "compromiso inquebrantable". El discurso ha estado lleno de palabras de compromiso, de continuación de transformación, de mejora y escucha al margen del censo de cada núcleo de población porque "todos merecen los mismos servicios".
"Hoy comenzamos una nueva andadura en la Diputación Provincial, en la que tenemos que continuar dignificando la importancia de esta Institución que, al mismo tiempo, pone en valor el impagable, y a veces poco recocido, trabajo que realizan los alcaldes y los concejales de los 247 municipios de menos de 20.000 habitantes de la provincia de Zamora. He sido, y soy alcalde, soy uno de los vuestros, os entiendo y en mi vais a tener un aliado fiel en estos próximos 4 años".
Así lo ha manifestado un fiel conocedor de la provincia hasta el punto de reconocer que no precisa de un GPS para ponerse en ruta hacia los más de 500 núcleos de población de la provincia.
Faúndez ha llamado a revindicar el papel de las diputaciones provinciales "que en provincias pequeñas como la nuestra son uno de los pilares para mejorar la calidad de vida de los vecinos que habitan en el medio rural". El fenómeno de la despoblación ha copado parte inevitable de un discurso en el que la Diputación vuelve a intentar ponerse al frente de este reto que no es único, si copa el primer puesto a nivel europeo siendo la provincia que más se ha vaciado en la última década. Un fenómeno lógico porque "a nosotros nos duele lo nuestro".
Las reivindicaciones como la fiscalidad diferenciada, la mejora de las frecuencias del AVE, la conversión de la N-122 en autovía o la materialización del proyecto del campamento militar de Monte la Reina en Toro han servido para tender la mano al Gobierno central a través del subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco.
Una colaboración que también ha extendido al Ayuntamiento de Zamora con la continuación de Francisco Guarido al frente y a la Junta de Castilla y León que ha contado con la presencia de la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco. A ellos les ha ofrecido "seguir trabajando y compartiendo sinergias que ayuden a posicionar a Zamora en el mapa y a atraer turismo de calidad" desde el doble marco de la lealtad y la reivindicación.