El Mercado de Abastos languidece pese a la mejoría de los últimos días

La gente compra en grandes superficies porque intenta salir lo menos posible, la cesta de la compra se llena menos que en otras ocasiones y la hostelería se mantiene cerrada en gran parte. Estos datos junto a estar todavía en fase 0 llevan a los diferentes comerciantes del Mercado de Abastos a seguir viviendo una situación complicada que, si bien ha mejorado en la última semana, sigue siendo muy complicada.

Es lunes en el Mercado de Abastos y la mayoría de los puestos no abren. Algunos han decidido cerrar durante el estado de alarma, otros han hecho un ERTE a varios de sus trabajadores y trabajan bajo mínimos y los que más o menos se mantienen con cierta normalidad deciden descansar este día porque apenas hay clientela y no ha llegado el género.

En un paseo por el mercado zamorano se ven más puestos cerrados que abiertos, una imagen que variará mañana pero tampoco en exceso porque los comerciantes llevaban años pidiendo fórmulas que ayuden a mantener esos pequeños negocios que cada día van cerrando. Apenas hay unas 10 personas comprando en todo el mercado aunque la afluencia es constante durante todo el día.

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"La cosa sigue muy mal" explica una frutera del Mercado de Abastos. Pese a que hoy entraban en vigor algunas relajaciones de las normas, el número de personas que entran al Mercado de Abastos es muy bajo en comparación con un día normal de mayo fuera del estado de alarma.

Algunos empiezan a ver brotes verdes porque en la última semana ha comenzado a venderse más gracias, en parte, a que varios negocios hosteleros han comenzado con la venta a domicilio o a recoger y consiguen sus productos en el Mercado de Abastos. Aunque, sí que tienen claro que los días fuertes que existían antes como el sábado, cuando el mercado hacía una buena caja, ya no existen y todos los días sin bastantes parecidos.

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Algunos comerciantes se agarran a la fase 1 como la posibilidad para ver algo de luz ya que creen que la apertura de terrazas y el aprovechamiento de la calle durante más horas pueden animar el consumo. Además, los bares y restaurantes iniciarán su trabajo, aliviando a estos comerciantes que sin cerrar están viviendo una peregrinación en el desierto.  

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