La Diputación presume de cuentas saneadas, mientras PSOE critica “un presupuesto A y otro B” e IU afea la caída de la inversión real

La Cuenta General de 2024 fue el punto más debatido en un pleno en el que también se aprobó la permuta de varias carreteras provinciales con la Junta de Castilla y León
 
Pleno Diputación
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La Cuenta General de 2024 suscitó el el escaso debate en un pleno que la Diputación  de Zamora zanjó en menos de dos horas. El equipo de gobierno del PP defendió el documento económico como ejemplo de gestión saneada, con deuda cero, superávit y un fuerte peso de la inversión social, mientras que la oposición —PSOE e IU— criticó duramente la caída de la inversión real, el uso excesivo de remanentes y la existencia de “dos presupuestos: uno oficial y otro paralelo” en referencia a las modificaciones de crédito.

El presidente de la institución, Javier Faúndez, presumió de una Diputación “sólida, eficiente y transparente”, con un endeudamiento inexistente, pagos a proveedores en una media de seis días y más de 50 millones destinados a inversiones en obras, infraestructuras, medio ambiente, cultura, deporte y lucha contra la despoblación. “La Diputación demuestra que se puede gestionar con responsabilidad y vocación social, mejorando los servicios sin hipotecar el futuro”, aseguró.

Desde el PSOE, su portavoz, Sandra Veleda, reprochó a Faúndez que la buena salud financiera no se traduzca en más obras y proyectos para los pueblos. Denunció la existencia de un “presupuesto A y un presupuesto B”, este último nutrido de modificaciones de crédito que en 2024 alcanzaron los 83 millones de euros. “No hay planificación y se improvisa según las necesidades políticas del momento”, afirmó, aunque su grupo votó a favor de la cuenta general.

Por su parte, la portavoz de IU, Laura Rivera, afeó que los remanentes crecieran “el doble que el presupuesto” y que la ejecución de inversiones reales no llegara “ni al 25%”. Criticó además la “velada contratación a dedo” y recordó que la Diputación asume competencias impropias de la Junta de Castilla y León, lo que supone un déficit de 3,5 millones de euros para las arcas provinciales. Según sus cálculos, la institución provincial acumula 110 millones de euros de ahorro y 95 millones sin gastar, fondos que —en su opinión— deberían destinarse a mejorar los servicios en “una de las provincias más despobladas de España”.

El debate se cerró con un chascarrillo de Faúndez, que ironizó sobre las reclamaciones de la oposición para aumentar las subvenciones a los pueblos: “La Diputación no puede apoyar partidas tutti frutti como si no hubiera un mañana y la institución se acabara en 2027”.

Antes de iniciar el debate sobre el punto más discutido, se aprobó la mutación demanial subjetiva de varias carreteras provinciales con Castilla y León, un acuerdo que permitirá mejorar la conservación y el mantenimiento de la red viaria en distintos municipios de la provincia.
Con este intercambio, la Diputación cederá la titularidad de las siguientes carreteras:

 ZA-P-2315 ZA-702 (La Tabla) – ZA-P-1304 (Villafáfila)

 ZA-P-1606 ZA-912 (Ungilde) – Robledo

A cambio, la Junta de Castilla y León transferirá a la Diputación la gestión de estas vías:

ZA-712 (de Toro a Villardondiego)

ZA-623 (de Casaseca de las Chanas a Moraleja)

ZA-624 (de N-630 a Pontejos)

ZA-902 (de N-122 a ZA-P-2439)

El presidente de la Diputación, Javier Faúndez Domínguez, destacó que esta mutación se lleva a cabo “por razones de operatividad, de cara a una mejor conservación y mantenimiento de estas carreteras”, lo que supone un paso más en la gestión eficiente de la red viaria provincial y en la garantía de mejores comunicaciones para los municipios.

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