Zamora vuelve a mirar hacia sus raíces. El 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, convertirá de nuevo al Cementerio de San Atilano en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. Miles de zamoranos visitarán las tumbas de familiares y seres queridos en una jornada marcada por la solemnidad, el recuerdo y la tradición más arraigada.
Las previsiones municipales apuntan a una intensa afluencia tanto en la capital como en los cementerios de la provincia, donde el ritual se repite desde hace generaciones: flores nuevas, limpieza de lápidas, silencios compartidos y la certeza, tan castellana, de que recordar es también honrar.
Halloween vs. tradición: dos mundos que chocan… y conviven
La noche previa, la del 31 de octubre, será protagonista de una costumbre importada desde Estados Unidos: Halloween. Disfraces, calabazas y fiestas temáticas vuelven a convivir —no sin debate— con una tradición española profundamente distinta.
Para muchos, la cultura norteamericana ha desbordado lo religioso y lo íntimo. Para otros, simplemente es otra forma de celebrar. Mientras tanto, la herencia latina —como ocurre en México con el Día de Muertos— continúa recordando que la visita al cementerio es un acto cultural cargado de simbolismo, memoria y poesía.
En Zamora, hoy, conviven ambos universos: lo lúdico y lo espiritual.
La Procesión de Ánimas: Zamora en estado puro
Pero si hay un rito que distingue a esta ciudad es la Procesión de Ánimas, que se celebrará el domingo 2 de noviembre a las 20.00 horas. Un acto único en España que solo se da aquí: rezar el rosario por la noche, rodeando tumbas, entre cirios, silencio y respeto. El camposanto se transforma entonces en un espacio litúrgico y estremecedor, donde la tradición oral y la devoción popular se funden en un ambiente sobrecogedor.
Quien la vive una vez, no la olvida.
Homenaje militar: la memoria en uniforme
El lunes 3, a partir de las 11.00 horas, el Cementerio de San Atilano acogerá un homenaje militar a los compañeros fallecidos. Una ceremonia solemne en la que la jerarquía castrense se inclina ante quienes prestaron servicio a España. Salvas, marchas y la emoción de las familias pondrán el acento marcial a una mañana donde la memoria se viste de uniforme.
Teatro entre lápidas: “Don Juan Tenorio”
Ese mismo día, por la tarde, la compañía La Tijera Teatro volverá a representar —por cuarto año consecutivo— la última escena de “Don Juan Tenorio”. No hay espacio mejor elegido: el cementerio. Damas fantasma, versos inmortales, y el Tenorio dialogando con la muerte al pie de las sepulturas. Una puesta en escena que se ha convertido en cita obligada para amantes de la cultura y de las emociones fuertes.
El cementerio: más vivo que nunca
Durante estos días, el Camposanto de San Atilano estará más lleno de flores, voces y pasos que en cualquier otra fecha del año. Familias enteras recorrerán pasillos llenos de cipreses; se encenderán velas; se compartirán silencios. El cementerio deja de ser un lugar inhóspito para convertirse en patio familiar, memoria colectiva y archivo emocional de una ciudad.
Zamora, con su carácter sobrio y contemplativo, mantiene viva una tradición que en otros lugares ha perdido fuerza. Aquí, el culto a los antepasados y el respeto a la muerte siguen siendo parte esencial de la identidad cultural.
Y siempre vuelve la misma lección
Todos los Santos recuerda lo que ya sabían nuestros abuelos:
somos memoria mientras alguien nos recuerde.
Y Zamora, estos días, recuerda todo lo que fue… para seguir siendo.
 
                   
               
               
         
           
       
           
       
           
           
           
           
           
      