En plena calle San Torcuato, la Clínica '20 de enero' abre sus puertas a diario para recibir a pacientes que buscan aliviar el dolor, reducir el estrés o solucionar problemas crónicos que la medicina convencional no ha resuelto. En otro rincón de la ciudad, la Clínica de Acupuntura Clara Fagúndez promete armonizar cuerpo y mente mediante técnicas milenarias que, aseguran, canalizan las energías vitales.
La acupuntura, basada en la medicina tradicional china, vive un auge en Zamora. Sin embargo, no todo es equilibrio y bienestar en esta práctica. Según la prestigiosa Clínica Mayo, aunque se ha demostrado cierta eficacia en dolencias específicas como el dolor lumbar o las migrañas, su utilidad en otras áreas sigue siendo cuestionada por estudios rigurosos. En palabras de esta institución, los beneficios de la acupuntura se deben, en algunos casos, a un efecto placebo más que a un impacto real en la enfermedad (Mayo Clinic).
No es difícil encontrar testimonios de zamoranos que confían en estas técnicas. Algunos aseguran haber encontrado alivio tras años de buscar alternativas. Pero, detrás de las agujas, surgen preguntas que la ciencia todavía no puede responder del todo. "Funciona para ciertas patologías, pero no es un tratamiento milagroso", concluye un informe publicado por Elsevier, que recalca que su eficacia depende del contexto y la aplicación específica.
Mientras tanto, Zamora asiste al crecimiento de una práctica que, con escepticismo o fe, sigue pinchando en la curiosidad de muchos. La pregunta persiste: ¿salud o sugestión? Las agujas, al menos por ahora, guardan su secreto.
