Un avión de carga de fabricación rusa y propiedad de la aerolínea Volga-Dnepr, inmovilizado en el aeropuerto internacional de Toronto desde 2022, se convertirá en un inesperado refuerzo logístico para Ucrania. Las autoridades canadienses han iniciado los trámites legales necesarios para transferir la aeronave, un Antonov An-124 Ruslan, a las fuerzas ucranianas tras más de tres años de inmovilización.
La operación se apoya en una resolución judicial ucraniana que impuso sanciones al aparato y que ha servido de base para el inicio del procedimiento de decomiso en Canadá. Con un valor estimado en 300 millones de dólares, el avión había quedado retenido tras el estallido del conflicto en Ucrania, justo cuando descargaba material sanitario procedente de China. El cierre del espacio aéreo canadiense a vuelos rusos impidió su retorno y lo dejó varado en suelo canadiense.
La aeronave podría representar una suerte de compensación simbólica para Ucrania, cuyo modelo insignia, el Antonov An-225 Mriya, fue destruido en los primeros compases de la invasión rusa. La decisión de transferir el An-124 ha sido coordinada entre los gobiernos de Canadá y Ucrania y se enmarca en una estrategia más amplia de apoyo logístico a Kiev.
Este movimiento no es aislado. Canadá ha mostrado disposición en los últimos meses para incautar activos rusos en su territorio y redirigirlos en favor de Ucrania, una política que refuerza la presión internacional sobre Moscú mientras prolonga su ofensiva militar.