Unas antiguas fotografías aéreas tomadas en la Antártida han emergido como una pieza fundamental para entender el colapso de las plataformas de hielo y su impacto en el aumento del nivel del mar. Capturadas entre 1966 y 1969 durante un vuelo militar estadounidense sobre la Península Antártica, estas imágenes revelan los primeros signos del colapso de la plataforma de hielo Wordie, una barrera natural que frenaba el avance de los glaciares hacia el océano.
Recientemente rescatadas y analizadas por un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague, estas fotografías han dado pie a un estudio que permite predecir cómo y cuándo subirá el nivel del mar, y qué regiones deben prepararse con mayor urgencia. Dinamarca se encuentra entre los países más vulnerables, dada su altitud relativamente baja sobre el nivel del mar, aunque también se alerta sobre otras zonas costeras de Europa, incluidas algunas regiones de España, como Doñana, el delta del Ebro y la costa mediterránea.
Las plataformas de hielo, como la de Wordie, no contribuyen directamente al aumento del nivel del mar cuando se derriten, ya que están flotando en el océano. Sin embargo, funcionan como "tapones" que mantienen bajo control los enormes volúmenes de hielo continental. Cuando estas plataformas colapsan, los glaciares que antes estaban contenidos fluyen sin freno hacia el mar, alimentando el ascenso de los océanos.
El equipo de investigación, encabezado por Mads Dømgaard, ha utilizado tecnologías avanzadas de fotogrametría 3D para analizar miles de imágenes aéreas y reconstruir con precisión los cambios en la plataforma de hielo a lo largo del tiempo. De este análisis se ha desprendido una conclusión alarmante: el principal factor que ha acelerado el colapso de la plataforma no es el aumento de la temperatura del aire, como se pensaba inicialmente, sino el aumento de la temperatura del mar, que derrite el hielo desde su base de manera invisible pero imparable.
El colapso de plataformas más grandes como las de Ronne y Ross, en la Antártida, representa un riesgo aún mayor. Si estas plataformas llegaran a colapsar, podrían liberar suficiente hielo para elevar el nivel del mar hasta en cinco metros, con consecuencias devastadoras para las costas de Europa y otras regiones del mundo. A pesar de que este fenómeno se origina en el hemisferio sur, sus efectos serán más pronunciados en el norte, debido a los cambios en el campo gravitacional terrestre, que redistribuye el agua hacia latitudes más altas.
Aunque el proceso de colapso es lento, el estudio ha servido para ofrecer algo de esperanza: el avance no es tan rápido como se temía. Esto da un respiro a los países afectados, permitiendo un margen de tiempo para tomar medidas. No obstante, los expertos advierten que el fenómeno es irreversible a largo plazo, incluso si se lograra detener hoy mismo el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero.