Tras el tradicional Miserere en la iglesia de Santa María de Arbas, sobre las 22:00h. el Santísimo Cristo del Amparo salía por su puerta principal para así dar comienzo a la procesión. Con el sonido de las carracas, cofrades de luto con capa y farol, miembros de otras cofradías, devotos, autoridades y multitud de toresanos acudían a esta plaza para recibir al Cristo que no salía desde el año 2019.
Emotivo reencuentro después de tanto tiempo y tras jurar silencio todos los allí presentes acompañaron al cristo durante todo su recorrido una noche de lunes Santo en la que el tiempo acompañó. Comenzó por San Antón para seguir por la Plaza del Templo, Ronda de Capuchinos, Calle Capuchinos y Plaza de la Trinidad, donde se procedió a la lectura del Manifiesto a cargo de Rogelio Prieto Girón, párroco de la iglesia de la Santísima Trinidad de Toro hace cerca de sesenta años. Acordándose de “Diosinio” si viera en estos momentos llevar las riendas de la cofradía a su nieta Amparo, dio un discurso muy emotivo y ameno, lleno de anécdotas y vivencias a la puerta de esa iglesia.
La Asociación Musical La Mayor entonó el himno dedicado al Cristo del Amparo, posteriormente el recorrido continuó por la calle Tablarredonda y rúa de Arbas, finalizando en la iglesia de partida donde los cofrades recibieron su tradicional “bizcochón”. Una de las procesiones con más sentimiento y personalidad de la ciudad, formada por 125 hermanos muy devotos y fieles a este Cristo.
Abades en ejercicio, Ángel González García,Pilar García Bravo,María Jesús Álvarez Gutiérrez y Fernando Silvo Luís.