La emoción contenida del Lunes Santo zamorano vivió este 2025 un pequeño sobresalto durante uno de los momentos más emblemáticos de la jornada. La Cofradía del Cristo de la Buena Muerte se encontraba en la recoleta plaza de Santa Lucía, justo en el instante previo al solemne cántico del “Jerusalén”, cuando un hermano de fila sufrió un desvanecimiento que obligó a intervenir a los servicios de emergencia.
El suceso ocurrió minutos antes de que se alzara el cántico en una de las escenas más esperadas y sobrecogedoras de la Semana Santa de Zamora. Los asistentes, en absoluto silencio, observaron con respeto cómo se evacuaba al cofrade, que fue atendido con prontitud y profesionalidad por los equipos sanitarios.
Una vez estabilizada la situación, la emoción volvió a llenar la plaza. El cortejo retomó el ritmo con sobriedad, y los compases del “Jerusalén” resonaron con más fuerza si cabe, en homenaje también al hermano que no pudo vivir ese momento desde su lugar en la fila, pero sí en el corazón de todos los presentes.
La procesión continuó su discurrir con normalidad por las calles del casco histórico, donde los fieles siguieron arropando con fervor al Cristo de la Buena Muerte en su tránsito de silencio, recogimiento y esperanza.