Tras seis días de tormento, llegó la calma para Bea. Toulouse ya descansa felizmente en su casa. El pequeño felino decidió aprovechar su adquirida habilidad con pomos y puertas para abrir una de las ventanas de la vivienda por la que terminó accediendo al exterior. “Mi teoría es que se ha caído, ya que estaba un trozo abierta, y él no estaba y de la caída se haya podido esconder”.
Su carácter asustadizo le hizo huir, poniendo así en alerta a su dueña que no ha duda en utilizar las redes sociales para hacer pública la desaparición de Toulouse. Los móviles de cientos de zamoranos se “empapelaron” durante días con la imagen de un gato de pelo corto anaranjado al que se le vio por última vez por la zona de Pantoja.
La desesperación de Bea le llevó incluso a pensar que podía localizarse en Toro, a 30 kilómetros de distancia de la capital zamorana, ante el aviso de que había aparecido el martes un ejemplar similar. Falsa alarma, ya que Toulouse resultaba ser una hembra.
Hubiera sido un final digno de película, pero el destino quiso que el verdadero felino -al que durante cinco años ha atendido con un mimo exacerbado- estuviera mucho más cerca de lo que pensaba.
“Tiene que estar bajo algún coche asustado. Le aterra el ruido”. La predicción de Bea se cumplió y seis días después daban aviso de un gato de similares características que se encontraba atrapado en el motor de un vehículo muy cerca de la zona en la que vive y en cuyo portal le esperaba su mantita y su cama, en un intento desesperado de su dueña porque regresara atraído por el olor.
“Y quiero agradeceros a TODOS la ayuda, la búsqueda, el esfuerzo, la esperanza, la difusión, los consejos felinos para dar con él y todo el respaldo emocional en estos días de angustia. Me habéis llenado de fe (a veces me he visto abatida en la búsqueda cuando todo esfuerzo parecía inútil...)” .
